Con 61 años, Amparo tiene una figura que muchas jóvenes de la mitad de su edad -o menos- envidian, pero que no ha logrado de la noche a la mañana, sino con un trabajo constante tanto físico, como espiritual y de alimentación.

“Lo mío es un entrenamiento de alma, espíritu y cuerpo; es mente, corazón y materia, no es solamente trabajar los músculos”, confesó a la publicación.

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Más adelante, Amparo recordó que fue el actor Jorge Rivero al que hace muchos años le aprendió la disciplina por el entrenamiento, aunque ha estado presente siempre en su vida: “Nunca he dejado el ejercicio, nunca, desde que hacía parte de la selección de voleibol o de básquetbol de Caldas. Por eso conozco todas las técnicas y he podido pasar de la época de piedra, porque las máquinas era reviejas, a la tecnología de hoy. Fui de las primeras mujeres en entrenar en un gimnasio. Era un espacio de hombres, pero Jorge me llevaba y me volví adicta al gimnasio”.

Sobre su alimentación, Grisales aseguró que es vegetariana: “hace 35 años dejé la carne y los mariscos, hace 25 dejé el pollo y hace 5 dejé el pescado, pero todo mi proceso lo desarrollé con mucha investigación”.

Detalló, además, que su dieta se basa en proteína vegetal, fibra, verduras y carbohidratos complejos, pero que para poder estar más definida, especialmente en las piernas, dejó de comer hace poco queso.