Los adenovirus pueden causar infecciones en personas de todas las edades pero son más comunes en niños menores de 5 años. Entonces, ¿Cómo se relacionan las temporadas de lluvias con los adenovirus y por qué se les señala como posibles responsables de la “hepatitis aguda de origen desconocido” en niños?

Gabriel Camacho Moreno, pediatra, infectólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explica que los adenovirus se encuentran distribuidos en todo el mundo y tienen un comportamiento estacional y en países como Colombia, donde no hay estaciones, son más frecuentes en la época de lluvia, es decir de marzo a junio.

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De hecho, asegura que las constantes lluvias y las bajas temperaturas promueven un incremento en la aparición de enfermedades respiratorias agudas. Por ejemplo, en ciudades como Bogotá los virus que más influyen en los cuadros respiratorios de los niños son sincitial, adenovirus, influenza y parainfluenza.

Ahora, ¿Qué tienen que ver con la hepatitis infantil aguda de origen desconocido? El pediatra señala que ya se ha reportado que en el 50 por ciento de los casos de esta enfermedad se ha documentado infección por adenovirus, en concreto los serotipos 40 y 41 de la especie F, que se asocian con casos de gastroenteritis pediátrica. Estos cuadros pueden ser graves y requerir hospitalización, sobre todo en menores de dos años.

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Otra de las hipótesis es que una de las causas del incremento de los casos obedece a que durante la pandemia los niños permanecieron aislados y no tuvieron contacto con los adenovirus, los cuales suelen aparecer en las épocas de invierno.

“Esto hizo que su sistema inmunológico no se estuviera poniendo a prueba, y así la enfermedad tiene mayor impacto; por otro lado, se cree que es posible que el COVID-19 genere una mayor inflamación en el hígado”, agrega.

Camacho enfatiza en que la enfermedad no se puede relacionar con las vacunas contra el Sars-CoV-2, ya que la mayoría de los niños que presentan esta condición no han sido vacunados.

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¿Qué se debe hacer?

El especialista explica que para ninguno de estos adenovirus existe vacuna, solo se previenen mediante prácticas como el lavado de manos, el uso de tapabocas, además de procurar el aislamiento y seguir con el ritmo de vacunación en esta población. Pero sobre todo consultar al médico ante síntomas respiratorios persistentes.

Con información de la Agencia de noticias de la Universidad Nacional.