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Este artículo fue curado por pulzo   Ago 31, 2025 - 7:33 pm
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Proyecto Ciego, el mundo fotografiado por invidentes, representa una propuesta revolucionaria que reformula el significado de la imagen, al situar a personas no videntes como creadoras y no solo como espectadoras pasivas. La obra, que se presentará en la Feria del Libro de Manizales, recoge en 128 páginas las vivencias, fotografías y relatos de participantes que, guiados por tutores y fotógrafos profesionales, construyen un puente sensorial entre el tacto, el oído y la creatividad. Realizar fotografía sin la vista desafía las formas tradicionales de conocimiento e impulsa una reflexión profunda sobre la inclusión en las artes visuales. Según el artículo original, la iniciativa se convierte en un espacio de redescubrimiento donde la percepción sensorial es el vehículo primordial para narrar la ciudad.

El origen del proyecto se remonta a la experiencia mexicana El Hilo Negro, concebida para permitir a las personas con discapacidad visual convertirse en agentes activos de la fotografía. En su adaptación a Colombia, el trabajo de Laura Álvarez y la orientación de Eduardo Mejía, director y facilitador, fueron fundamentales. Mejía capacitó a los tutores para que enseñaran técnicas adaptadas, mostrando que la cámara y el espacio pueden ser explorados mediante el tacto, las descripciones verbales detalladas y, sobre todo, la empatía. La implementación del “hilo braille” —una cuerda guía que ayuda a encuadrar y orientar la cámara— sintetiza la creatividad y la funcionalidad puestas al servicio de la accesibilidad, según relata el artículo original.

El proceso de formación para los participantes fue desafiante. Los tutores, acostumbrados a la fotografía documental y artística tradicional, debieron reformular sus métodos de enseñanza, utilizando descripciones sensoriales y guías auditivas para permitir a los invidentes “ver” de nuevas maneras. Esta innovación educativa demuestra que la creación artística puede y debe ser inclusiva, rompiendo barreras tanto físicas como simbólicas. El ejercicio trasciende la mera técnica, y se convierte en una lección sobre las posibilidades de percepción y expresión que existen aún cuando un sentido se ve limitado.

El impacto de Proyecto Ciego va más allá de lo artístico. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 2.2 mil millones de personas tienen algún tipo de discapacidad visual, pero la mayoría carece de acceso a actividades culturales plenamente adaptadas a sus necesidades. Este tipo de iniciativas se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ONU), especialmente aquellos orientados a reducir las desigualdades y a asegurar la inclusión en la vida cultural y social de la población.

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Por otro lado, el proceso educativo implementado refuerza la importancia de estrategias pedagógicas multisensoriales, como lo señala un estudio de la Universidad de Salamanca. Incluir a las personas con discapacidad en la creación artística fomenta su autonomía, creatividad, bienestar emocional y social. Sin embargo, el artículo enfatiza que el avance de este tipo de proyectos enfrenta obstáculos, como la deserción de participantes por falta de recursos y apoyo logístico, una constante en las iniciativas sociales dirigidas a poblaciones vulnerables.

La publicación, respaldada por Editorial Matiz de Manizales, debe su existencia tanto al compromiso de los involucrados como a la convicción de que la inclusión y la diversidad enriquecen a toda la sociedad. Así, Proyecto Ciego se posiciona como una referencia indispensable en el impulso de una cultura accesible y plural, con un mensaje esperanzador sobre el potencial creativo de todas las personas.

Preguntas frecuentes relacionadas

¿Cómo se realizó la adaptación de la técnica fotográfica para personas no videntes?

La adaptación de la técnica fotográfica en Proyecto Ciego tuvo que romper con los métodos tradicionales basados en la visión, enfocándose en el tacto, el oído y la descripción verbal. La implementación del “hilo braille” permitió a los participantes orientar sus cámaras siguiendo una guía física, mientras que los tutores proporcionaron detalles y estímulos sonoros para ayudar a encuadrar las imágenes. Este enfoque evidencia la importancia de pensar en la accesibilidad universal en todos los aspectos del proceso creativo y educativo.

El trabajo multidisciplinario entre fotógrafos y personas con discapacidad visual consolidó un proceso pedagógico paciente y empático. La experiencia demuestra que la participación de personas no videntes como creadoras no solo es posible, sino enriquecedora para todos los involucrados, resaltando la urgencia de adaptar más actividades culturales y artísticas a distintas formas de percepción sensorial.

¿Qué es el “hilo braille” y cuál fue su función dentro del proyecto?

El “hilo braille” es una herramienta ideada para guiar a personas no videntes en la toma de fotografías. Consiste en una cuerda que, ubicada estratégicamente, sirve como referencia táctil para que el participante pueda orientarse hacia el objeto o la escena que desea captar. Su implementación fue uno de los elementos innovadores que facilitó el acceso a la experiencia fotográfica.

Al sentir la cuerda y seguir su dirección, los participantes pudieron posicionar la cámara de manera precisa, eliminando la necesidad de la vista. Al mismo tiempo, permitió a los tutores guiar a los invidentes de forma clara y efectiva, marcando un precedente en el desarrollo de técnicas inclusivas para las artes visuales y la práctica artística en general.

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