El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
El Museo de Arte Moderno de Bogotá se convirtió el 15 de diciembre en el epicentro de la emoción poética al celebrar la ceremonia inaugural del Premio Nacional de Poesía Maruja Vieira. Esta distinción, articulada por RTVC Sistema de Medios Públicos junto con el programa Colombia, Verso a Verso de Señal Colombia, busca reconocer y amplificar las voces contemporáneas en el panorama literario colombiano. La velada, marcada por la lectura de obras seleccionadas, sirvió no solo para premiar el talento sino también para resaltar la importancia de la poesía como elemento cultural y de resistencia.
En palabras de Hollman Morris, gerente de RTVC, el arte, la cultura y la poesía constituyen verdaderas armas simbólicas para enfrentar retos sociales actuales. Morris subrayó la desigualdad cultural existente y la necesidad urgente de fomentar más espacios artísticos que atraviesen todo el territorio nacional. La entrega de los premios estuvo acompañada por la lectura en voz alta de los poemas triunfadores, evidenciando el poder del lenguaje como instrumento de paz y esperanza.
La santandereana Johana Marcela Rozo Enciso recibió el primer lugar con su poema "Desde el hueco de la tierra", destacándose entre más de 7.000 piezas enviadas por 2.640 escritores de diversas regiones del país, según la convocatoria oficial citada en el evento. Isabella Pizarro, joven escritora de 17 años, obtuvo la segunda posición con “La mujer que recuerda el fuego”, mientras que el tercer lugar fue otorgado a Brenda Catherine Pérez, originaria de Ipiales, por su obra "Las que no fuimos diosas". El jurado, compuesto por figuras como el poeta y ensayista Federico Díaz-Granados, la narradora Amparo Inés Osorio, y el periodista Zabier Hernández Buelvas, dio fe del alto nivel literario y la amplia representación regional.
Durante la premiación, Olga Sanmartín, directora del programa Verso a Verso, declaró que el concurso reafirmó a la poesía como el lenguaje de los sueños, la diversidad y la esperanza en Colombia. Además, el encuentro fue ocasión para homenajear a destacados escritores como Juan Mares y Omar Ortíz, así como para exaltar la figura de Maruja Vieira, presente a través del testimonio emotivo de su hija, Ana Mercedes Vivas Vieira.
El recién creado galardón homenajea a Maruja Vieira, cuyo verdadero nombre es María Vieira White, poeta, periodista y defensora de los derechos de la mujer en Colombia. Integrante activa de círculos literarios como “Los Cuadernícolas”, Vieira desempeñó según lo reporta El Espectador, cargos fundamentales como jefe de comunicaciones del Ministerio de Cultura y directora de comunicaciones del SENA, además de su pertenencia a la Academia de la Lengua. Su obra reviste temas como la nostalgia, el duelo y el amor, reflejados en títulos emblemáticos editados entre 1947 y 1998.
Así, el Premio Nacional de Poesía Maruja Vieira apunta a visibilizar nuevas voces mientras preserva la memoria de una figura indispensable para la literatura y la igualdad de género en Colombia. En un contexto de constantes desafíos sociales, la poesía aparece como herramienta de transformación, capaz de unir y conmover a una nación diversa.
¿Por qué se considera la poesía un lenguaje de paz?
Esta pregunta cobra especial sentido en el marco de la ceremonia del Premio Nacional de Poesía Maruja Vieira, donde tanto organizadores como los ganadores resaltaron el valor conciliador del género poético. Según las voces recogidas durante el evento, la poesía logra expresar sentimientos profundos y situaciones colectivas de dolor, alegría o esperanza de formas que invitan al diálogo y la empatía.
En escenarios marcados por la diversidad social y los retos propios de Colombia, el arte poético se presenta como alternativa al conflicto, promoviendo la reflexión y la comprensión mutua. Por eso, reconocer el valor de la poesía no solo consiste en premiar la creatividad, sino en respaldar procesos de reconciliación y construcción cultural de paz.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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