Según el estudio Women, Power & Money, entre el 60 % y el 70 % de las mujeres prefieren una noche de sueño reparador que una de buen sexo. Esto, teniendo en cuenta algunas cifras obtenidas en poblaciones femeninas de China, Estados Unidos y Reino Unido que se sentían satisfechas con su vida sexual.
Sin embargo, en Latinoamérica el 32 % de ellas prefieren tener sexo que dormir, y se perciben como personas más fuertes emocionalmente. Pero los encuentros sexuales en ellas también disminuyen por la misma razón.
Esto se daría porque normalmente las mujeres terminan cansadas de sus actividades diarias, suelen ser las primeras en despertarse y las últimas en conciliar el sueño. El descanso se vuelve fundamental y el sexo pasa a un segundo plano. El placer que sienten al dormir es similar al que perciben con el sexo.
Las tareas diarias de ellas a veces son tan extenuantes y la falta de estímulos es tan escasa que las relaciones sexuales solo son una parte de la lista de obligaciones diarias. Para solucionar esta carencia es importante que en la casa haya un equilibrio con las labores, de esta forma habrá más disposición para disfrutar.
Cuando la mujer da una negativa, una forma de estimularla es empezar con un masaje relajante, que reafirme los lazos emocionales, que puede seguir con una secuencia de besos y caricias. Al final la chispa se irá encendiendo poco a poco. Recuerde que se debe sentir amada, no solo un objeto sexual.
En cuanto al dinero versus el sexo, el estudio arrojo que el 80 % de ellas prefiere el primero, y no es una cuestión de ambición e interés, es que buscan la solidez y solvencia en su familia. Las mujeres perciben el éxito desde la estabilidad financiera, una familia sólida y que goce de felicidad.
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