Aunque no hay una razón que pueda aplicarse a todas las personas en el mundo, hay algunas posibles explicaciones que pueden ayudar a entender por qué hay quienes adoran ver películas de este tipo y a otros les parece una pésima idea.

Las personas que aman el terror experimentan el estrés de manera distinta

Para algunos, “Una película que induce al temor aumentará la frecuencia cardiaca y hará que el cuerpo sienta necesidad de gastar energía”, explica Margee Kerr, socióloga y autora del estudio ‘Scream: Chilling Adventures in the Science of Fear’. Esas personas “se sienten realmente vivas, casi como se siente después de una clase de yoga muy intensa”, asegura, mientras que para las personas que odian el género del terror esa sensación podría “interpretarse como un ataque de pánico o una pérdida de control de lo que su cuerpo hace”, resalta The Huffington Post.

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Las personas a las que no les gusta el terror son más sensibles

Son más empáticas que la persona promedio y pueden ser fácilmente estimuladas por su entorno, lo que significa que pueden reaccionar fisiológicamente de manera distinta a las películas violentas o de terror.

Las experiencias de la infancia afectan la manera en que reaccionamos al terror

Aquellos que tuvieron experiencias “divertidas” con el terror cuando eran niños pueden tener un concepto diferente del terror que los lleva a clasificar algunas actividades “miedosas” de manera emocionante o divertida, asegura Kerr. “Si sus padres los expusieron a la cantidad adecuada de ‘diversión’ cuando niños, por ejemplo, no llevarlos a ver ‘It’ o no permitirles montar en montañas rusas a una edad muy temprana, puede afectar en la manera en que cada quien experimenta este género del cine”.

Ver películas de terror es una manera de crear lazos con otras personas

Este tipo de filmes se hacen más divertidos o llevaderos para quienes no los disfrutan, si están acompañados de alguien que quieren, por ejemplo, un grupo de amigas o la pareja. “Sabemos que los lazos que creamos bajo situaciones de estrés son más intensos, especialmente con personas con las que ya tenemos una impresión positiva. Así que si estás con tus amigos y haces algo divertido o espeluznante, terminas creando recuerdos más gratos”.