Un grupo de plantas carnívoras ha renunciado a cazar bichos y se alimenta de excremento de animales. Ahora estarían obteniendo más nutrientes de su nueva dieta, que aquellas que siguen consumiendo insectos.

Un estudio publicado en la revista ‘Annals of Botany’ comparó muestras de tejido de seis especies y cuatro híbridos de plantas jarra (nepenthes) que se alimentan de excremento en las montañas Borneo, en Malasia, con especies carnívoras estrechamente emparentadas que viven a menor altitud.

“Encontramos que la captura de nitrógeno es más de dos veces mayor en las especies que capturan excrementos de mamíferos que en otras nepenthes”, aseguró Alastair Robinson, botánico del Real Jardín Botánico de Victoria (Australia) y coautor del estudio. Los excrementos de las aves proporcionaban algo menos de nitrógeno, pero seguían siendo más nutritivos que una dieta carnívora.

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Las plantas jarra utilizan néctar dulce para atraer a sus presas potenciales, que caen en las trampas tubulares tras resbalar por una superficie lisa. Aquellas que consumen excremento atraen a los animales de la misma forma, pero en lugar de engañarlos, permiten que se alimenten del néctar. Como tardan en consumirlo, a menudo defecan directamente en los tubos de la plantas.

Es probable que la evolución de las trampas a los “retretes” se debiera a que hay menos insectos a mayor altitud, escriben los investigadores. Los resultados muestran que cuanto más arriba en la montaña se encuentra una planta jarra, más selectiva e ingeniosa debe ser con su dieta para obtener los nutrientes que necesita.

“Las presas de insectos son escasas en las cumbres tropicales por encima de los 2.200 metros, por lo que estas plantas maximizan el rendimiento nutricional recogiendo y reteniendo menos fuentes de nitrógeno de mayor valor”, explicó Robinson.

Aunque el cambio de alimentación se describió por primera vez en 2009, en un estudio publicado en la revista ‘Biology Letters’, e investigaciones posteriores encontraron que algunas plantas consumían excrementos de roedores, pájaros y murciélagos, esta es la primera evidencia sobre su aporte nutricional.