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La llegada de diciembre transforma el ambiente de los hogares colombianos, impregnándolos de luces cálidas, cantos tradicionales y reencuentros familiares que marcan el inicio de la temporada navideña. En el corazón de estas festividades, el pesebre y las novenas destacan como las expresiones más emblemáticas de la Navidad, al reunir elementos de fe, memoria colectiva y costumbres transmitidas de generación en generación. Según explicó el padre Hawer Henao Herrera, sacerdote de la Diócesis de Armenia, el pesebre representa la esencia misma de la celebración navideña: el nacimiento de Jesús en la Tierra. El sacerdote recordó que el origen de esta tradición se remonta a San Francisco de Asís, quien, inspirado por la lectura de los evangelios, decidió plasmar el misterio del nacimiento de Jesús a través de un símbolo sencillo pero profundamente cargado de significado.
El término "pesebre" tiene sus raíces en la palabra "pesebrera" y remite al relato bíblico en el que José y María, al llegar a Belén, no encontraron hospedaje. Según el evangelio, debieron refugiarse en un establo y fue allí donde ocurrió el milagro central de la Navidad: el nacimiento del Hijo de Dios. El padre Hawer Henao enfatiza que este acontecimiento ofrece una imagen de un Dios cercano a la humanidad, humilde y solidario, invitando así a quienes celebran la Navidad a reflexionar sobre la humildad y la solidaridad.
Dentro del pesebre, cada figura posee un simbolismo particular. Los pastores, los animales y los Reyes Magos evocan actitudes como la sencillez, la admiración y la búsqueda incansable de la verdad espiritual. Pese a ello, la escena central pertenece a la representación de José, María y el niño Jesús. Desde la Diócesis de Armenia se destaca que esa imagen sencilla refleja los valores fundamentales del hogar: el amor, el cuidado mutuo y la unión familiar, características que continúan teniendo gran relevancia en la actualidad.
La práctica de rezar en familia, especialmente durante las novenas, ha trascendido el ámbito doméstico y ha llegado a espacios empresariales. Muchas compañías han adoptado la costumbre de organizar novenas para sus empleados, convirtiéndose en una oportunidad para fortalecer la cohesión y el sentido de comunidad a través de la fe y la tradición.
Un ejemplo de esta apertura lo encarna el compromiso de La Crónica del Quindío, que no solo convoca a sus colaboradores a participar en las novenas navideñas, sino que también extiende la invitación a la ciudadanía mediante transmisiones en vivo a través de sus redes sociales, hasta el 23 de diciembre. Estas acciones refuerzan la importancia de compartir villancicos, rezos y reflexiones en torno al nacimiento de Jesús, propiciando ambientes de convivencia, fortaleciendo la fe y perpetuando valores espirituales que permanecen vigentes.
Para la Diócesis de Armenia, el pesebre y las novenas siguen siendo instrumentos esenciales para la educación espiritual y la transmisión de valores. Así, estas tradiciones no solo rememoran hechos del pasado, sino que consolidan la identidad cultural y social de quienes participan en ellas, adaptándose a nuevas realidades sin perder su esencia ni su capacidad de unir a la comunidad en el gozo y la esperanza.
¿Cuál es el origen de la novena navideña y qué importancia tiene en la tradición colombiana?
La novena navideña, celebrada en Colombia a partir del 16 de diciembre hasta la Nochebuena, forma parte del conjunto de prácticas religiosas que conforman la esencia de la Navidad en el país. Su origen se remonta a prácticas católicas españolas que, con el tiempo, fueron adaptadas localmente hasta consolidarse como tradición familiar y comunitaria en Colombia. En ellas, las familias y los vecinos se congregan para rezar, cantar villancicos y compartir alimentos típicos, promoviendo la unión espiritual y el sentido de colectividad.
La importancia de la novena radica en que constituye un proceso de preparación espiritual para la llegada del Niño Dios, permitiendo que quienes participan se conecten con el mensaje central de la Navidad: la esperanza, la fe y el amor al prójimo. A través de estas reuniones diarias, se generan lazos afectivos duraderos y se transmite a las nuevas generaciones el legado de fe y tradición que caracteriza a la cultura colombiana durante este periodo festivo.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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