El olfato juega un papel muy importante en la manera cómo nos relacionamos con los demás, por ejemplo; los mamíferos inhumanos terrestres constantemente se olisquean entre ellos y , con base en esto, deciden quién es amigo o enemigo. 

Así como el resto de mamíferos se pasan el día olfateándose, los humanos inconscientemente también nos guiamos por nuestra nariz, aunque hasta el momento no estaba del todo clara la función que eso tenía.

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El estudio avanzó en la hipótesis de que los humanos podrían olerse a sí mismos y a otros para estimar subconscientemente similitudes en el olor corporal y juzgar su compatibilidad.

¿Cómo se realizó este estudio?

Se recolectaron muestras de pares del mismo sexo, amigos sin interés romántico que describieron su relación como de clic a primera vista. Todos los participantes tuvieron que seguir un estricto protocolo que incluía evitar comida picante, dormir en camisetas de algodón y lejos de sus parejas o mascotas.

Las camisetas de algodón eran recolectadas en bolsas selladas y testeadas con una nariz electrónica. Los investigadores hallaron que las firmas olfativas de los amigos a primera vista eran estadísticamente más cercanas a coincidir que las de quienes no eran amigos.

En una de las pruebas, se les presentaba a los voluntarios tres olores: dos de una pareja compatible y una de una que no lo era. Ellos identificaban con éxito sus pares y rechazaban al incompatible.

La similitud de olor corporal humano es un predictor social fuerte de amistad y funciona desde el primer momento de la interacción entre dos personas, los seres humanos usamos la información olfativa para guiar la preferencia en interacciones entre parejas de amigos del mismo sexo.