Por su sobrepeso, la mascota no podía caminar mucho. Luego de dar unos cuantos pasos, en la localidad de Earlston, Escocia, se quedaba sin respiración y caía al piso, reportó BBC.

En 2015, un vecino de Denise Leitch, la dueña del perro, alertó sobre la situación a una fundación defensora de animales, con sede en Edimburgo. La mujer, de 60 años, perdió la custodia del can, y la organización lo acogió y le brindó tratamiento médico.

Asimismo, Leitch fue llevada a la corte, donde aceptó los cargos de “fallar en proveer tratamiento a un perro con obesidad mórbida”, indicó el medio. Por ello, tuvo que pagar una condena de un año.

Tyko fue atendido por veterinarios, quienes, preocupados, dijeron que nunca habían visto a un perro tan gordo, y que lucía como una foca.

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Por fortuna, la mascota fue bajando de peso hasta alcanzar los 12 kilogramos, y actualmente está bien de salud. Ahora, la fundación intenta buscarle un nuevo hogar.

Perro. Pulzo.com
Tyko luego de perder 37 kilos. / Scottish SPCA.

De acuerdo con la directora de la organización, Diane Aitchison, citada por el portal, lo ideal es que el perro sea adoptado por una familia que lo motive a “mantener su estado físico”. Los adultos no deben tener hijos ni otros animales.

Además, detalló que Tyko “necesitará medicación por el resto de su vida, ya que tiene un problema de tiroides”.