Charlie, como se llama el can, le llevó todo tipo de muñecos para hacerlo sonreír. Aunque lo dejó completamente cubierto, parece que el perrito logró su propósito, pues el bebé no derramó ni una lágrima más.
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Charlie, como se llama el can, le llevó todo tipo de muñecos para hacerlo sonreír. Aunque lo dejó completamente cubierto, parece que el perrito logró su propósito, pues el bebé no derramó ni una lágrima más.
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