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El Pasaje de la Beneficencia, situado en la calle 20A entre las carreras 21 y 22 de Manizales, ha sido históricamente un punto central para la vida cultural y deportiva de la ciudad, especialmente por congregar a entusiastas del ajedrez. No obstante, comerciantes y vecinos han manifestado su preocupación por el avanzado estado de abandono del lugar: mesas y sillas deterioradas, muros cubiertos de humedad, lama y musgo evidencian un descuido que no solo resta atractivo al espacio, sino que también reduce su funcionalidad como área pública, según denuncias recogidas por el artículo original.
Este caso particular representa un fenómeno más amplio presente en muchas ciudades latinoamericanas: el desamparo institucional frente a espacios públicos destinados a la cultura y el deporte. De acuerdo con análisis urbanísticos publicados por The Guardian en 2023, estos ambientes no solo favorecen el esparcimiento, sino que también fomentan la cohesión comunitaria y el desarrollo de la vida ciudadana. El progresivo deterioro conduce a la disminución del uso, afecta la imagen turística y, en ocasiones, propicia situaciones de inseguridad y vandalismo, perpetuando el círculo de abandono.
El descuido tiene además implicaciones económicas y sociales relevantes. Estudios del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural de Colombia resaltan que la intervención y preservación de estos lugares dinamizan la economía local, propician nuevas iniciativas comunitarias y educativas, e impulsan la inclusión social. En el caso del Pasaje de la Beneficencia, la popularidad del ajedrez como disciplina deportiva ha sido reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en su informe de 2024, donde se subraya su importancia para la educación y el desarrollo cognitivo de personas de todas las edades.
Experiencias en otras ciudades colombianas, como Bogotá y Medellín, han mostrado vías efectivas para revertir este tipo de problemáticas a través de la gestión mixta público-privada, que combina recursos estatales con aportes del sector privado y organizaciones no gubernamentales. El análisis de proyectos de renovación urbana presentado por la Fundación Corona en 2025 señala la relevancia de la participación comunitaria y la colaboración interinstitucional para garantizar la sostenibilidad y preservar el valor simbólico de estos espacios.




En este contexto, se plantea que el futuro del Pasaje de la Beneficencia depende de la implementación de un diagnóstico que involucre a comerciantes y usuarios, el diseño de un plan de mantenimiento regular, y la organización de eventos culturales que reactiven su uso. Tal como lo recomienda el urbanista Andrés Gómez en entrevista reciente, la coordinación entre alcaldía, Secretaría de Cultura y entidades deportivas resulta esencial para devolverle dignidad a un sitio considerado patrimonio intangible de Manizales. En síntesis, la recuperación no solo pasa por reparar la infraestructura física, sino también por fortalecer la gobernanza cultural y valorar el papel de estos entornos en la cohesión urbana y el bienestar colectivo.
¿Cuál es la importancia del ajedrez en los espacios públicos?
El ajedrez representa mucho más que un simple pasatiempo en escenarios urbanos como el Pasaje de la Beneficencia en Manizales. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el ajedrez es una disciplina que impulsa la educación, la concentración y el desarrollo de habilidades cognitivas, favoreciendo la integración intergeneracional y la construcción de comunidad. Por ello, la presencia del ajedrez en espacios públicos promueve actividades inclusivas que benefician tanto a jóvenes como a adultos mayores, reforzando los lazos sociales y el sentido de pertenencia ciudadana.
Además, el fortalecimiento de espacios dedicados al ajedrez puede actuar como motor de revitalización para barrios y áreas comerciales. Al favorecer la interacción, este tipo de actividades colectivas estimula la movilidad urbana, dinamiza la economía local y contribuye a la seguridad al atraer presencia constante de usuarios y visitantes al lugar.
¿Qué es la gestión mixta público-privada en el mantenimiento de espacios culturales?
La gestión mixta público-privada consiste en la administración compartida de espacios culturales o deportivos por parte de entidades estatales, empresas privadas y, en ocasiones, organizaciones no gubernamentales. En el contexto de la renovación urbana, esta modalidad facilita la combinación de recursos financieros y técnicos de diferentes sectores para la recuperación y sostenimiento a largo plazo de estos lugares, como lo han demostrado casos en Bogotá y Medellín analizados por la Fundación Corona.
La ventaja esencial de este modelo reside en la corresponsabilidad que se genera: mientras el sector público garantiza el acceso y la equidad, el sector privado y las ONGs pueden aportar innovación, eficiencia en la gestión y posibilidades de autofinanciamiento. De este modo se logra restaurar, mantener y reactivar el valor comunitario y cultural de los espacios, superando las limitaciones presupuestales del Estado.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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