La inducción del trabajo de parto, también conocida como parto inducido, es un proceso necesario en algunos casos para finalizar la gestación y sacar al bebé. En el parto inducido, los médicos provocan que el útero se contraiga antes de que el parto comience por sí solo para lograr un parto natural.

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Tu doctor podría recomendar una inducción del trabajo de parto por varios motivos, principalmente cuando hay una preocupación por la salud de la madre o del bebé, por lo que no existe una semana puntual en la que ocurra, aunque en la mayoría de los casos se da en la recta final (desde la semana 37) y en los casos que el embarazo se extiende demasiado (hasta las semanas 41 o 42).

Un factor importante para predecir si una inducción será exitosa es lo suave y dilatado que está el cuello del útero (maduración del cuello del útero). La edad gestacional del bebé según lo confirmaron las primeras ecografías regulares también es importante.

Por más que pueda sonar un poco atemorizante, si tu médico recomienda la inducción del trabajo de parto, será porque los beneficios superan los riesgos y es lo mejor para la salud de los dos.

¿Por qué se realiza un parto inducido?

Para determinar si es necesaria la inducción del trabajo de parto, es probable que el doctor evalúe varios factores. Entre ellos, se incluye la salud de la madre y el estado del cuello del útero. También se incluye la salud del bebé, su edad gestacional, peso, tamaño y posición en el útero.

Entre los motivos para inducir el trabajo de parto estos son los más comunes:

  • Que hayan pasado de 1 a 2 semanas después de la fecha probable de parto y no se haya iniciado el trabajo de parto (embarazo prolongado).
  • Cuando el trabajo de parto no comienza después de romper la fuente (ruptura prematura de la fuente).
  • Una infección en el útero (corioamnionitis).
  • Cuando el peso estimado del bebé es inferior al percentil 10 para la edad gestacional (restricción del crecimiento fetal).
  • Cuando no hay suficiente líquido amniótico alrededor del bebé (oligohidramnios).

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  • Posiblemente, cuando se presenta diabetes durante el embarazo (diabetes gestacional) o se tiene diabetes desde antes del embarazo.
  • Cuando se presenta presión arterial alta en combinación con signos de daño a otro sistema de órganos (preeclampsia) durante el embarazo.
  • Cuando la placenta se despega de la pared interna del útero antes del parto, ya sea en forma parcial o completa (desprendimiento placentario).
  • Cuando se tienen determinadas afecciones médicas. Entre ellas, se incluyen enfermedades cardíacas, pulmonares o renales, y obesidad.