Informes citados por la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos advierten que esa nueva pandemia de gripe podría tener peores consecuencias que la actual pandemia de COVID-19.

“La influenza sigue siendo el patógeno circulante con mayor probabilidad de causar una pandemia, y el riesgo de influenza pandémica puede ser mayor durante la era COVID-19 debido a los cambios en las condiciones globales y regionales que afectan a los humanos, los animales y sus patrones de contacto”, señalaron‎.

La advertencia tiene un objetivo, y es el de pedir a las autoridades que apliquen lo aprendido con la pandemia actual en temas como “aprovechar la tecnología de la vacuna COVID-19 para la investigación y el desarrollo de vacunas contra la influenza, reforzar la cadena de suministro de vacunas y mejorar la coordinación mundial“.

Eso sí, también piden no abandonar y mantener “medidas de salud pública no vacunales, como máscaras faciales, distanciamiento físico y cierre de escuelas”.

Además, esgrimen argumentos más allá de la ciencia para mostrar la necesidad de actuar en ese sentido, citando al Banco Mundial. Según ellos, mitigar el impacto de una pandemia costó 570.000 millones de dólares anuales, mientras que tomar medidas preventivas costaría solo 4.500 millones de dólares anuales.‎

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En ese sentido, instaron a la comunidad internacional a no cesar los esfuerzos por reforzar la producción y distribución de vacunas, sobre todo el países de ingresos medios y bajos, ‎de manera que se pueda anticipar mucho más fácil la posibilidad de un contagio masivo.

‎”La gripe estacional y la próxima pandemia de gripe podrían surgir en cualquier momento. La preparación tiene que ser un compromiso continuo, no puede ser año tras año, o crisis a crisis”, dijo Victor J. Dzau, presidente de la Academia Nacional de Medicina.

“El COVID-19 ha permitido la aparición de nuevas capacidades, tecnologías, colaboración y políticas que también podrían implementarse antes y durante la próxima pandemia de gripe. Es fundamental invertir en ciencia, fortalecer los sistemas de salud y garantizar la confianza para proteger a las personas de las consecuencias sanitarias, sociales y económicas de la influenza estacional y pandémica”, agregó.‎