El oso de anteojos o andino (Tremarctos ornatus) es un mamífero omnívoro que se distribuye en la cordillera de los Andes, desde Colombia hasta Argentina. Esta especie habita gran variedad de ecosistemas, incluidos los bosques tropicales secos, los bosques húmedos tropicales y pastizales tropicales de gran altitud. Además, son excelentes trepadores, en los árboles construyen plataformas donde descansan y se alimentan de frutas y cadáveres.

Sin embargo, según la Lista Roja de Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), su estado es vulnerable en el mundo y su población no supera los 10 mil individuos. Sus principales amenazas son las pérdida de hábitat, la caza ilegal y el cambio climático.

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Recientemente, la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM) identificó 10 ejemplares de este mamífero en la cuenca del río Las Ceibas en Neiva (Huila), que hace parte del Parque Natural Regional Siberia Ceibas y de la zona de reserva de la cuenca del rio Las Ceibas. Según la corporación, estos hallazgos evidencian el aumento de la población en los últimos años en esa zona del país.

Este seguimiento lo realizan a través de cámaras trampa y técnicas de monitoreo para revisar al hábitat del oso andino en esa zona rural de la capital del departamento de Huila. Además, han identificado senderos estratégicos de actividad de especies silvestres y huellas indirectas del oso de anteojos. Incluso, localizaron un árbol rascador comunitario de la especie.

 

Gracias al análisis de los registros fílmicos, lograron identificar a cada ejemplar a través de las características morfológicas como manchas faciales y pectorales, sexo y volumen corporal.

“A través del manejo articulado de la conservación de la biodiversidad y del proceso que adelanta en la zona el grupo de monitoreo comunitario Cacique Candela, logramos identificar cuatro individuos, aumentando el número de osos identificados para esta zona a 10”, aseguró Katherine Arenas, bióloga de la CAM.

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El proceso de conservación del oso andino en la zona lo desarrollan a través de una estrategia de monitoreo comunitario y con la ejecución del Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca Hidrográfica POMCA del río Las Ceibas de Neiva que coordina la CAM.

“Lo que se ha venido haciendo es la implementación de la compra de los predios, en la que nuestros campesinos que tenían grandes extensiones para el tema ganadero, empezaron actividades de restauración ecológica, activa y pasiva para garantizar el hábitat de estos grandes mamíferos”, explicó Javier Cardozo, coordinador Proyecto Ceibas de la CAM.

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“Esta ha sido una de las satisfacciones y logros más importantes que hemos tenido como integrantes del grupo de monitoreo. Es una emoción muy bonita, que después de llegar de arduas caminatas, que han durado horas y hasta días, encontremos en los videos a los osos de anteojos viviendo y compartiendo entre ellos”, dijo Alexis Tovar, del grupo de monitoreo comunitario Cacique Candela.

Para Arenas, estos hallazgos aseguran la continuidad en los procesos de conservación del ‘Jardinero del Bosque”.