La ‘ida al baño’ es uno de los momentos en que los perros se sienten más vulnerables, por la posición que deben adoptar, explica la doctora Kathryn Primm en el blog especializado I Heart Dogs:

“De hecho, sería bastante difícil para él defenderse o escapar del peligro mientras está evacuando. Tu perro es instintivamente consciente de su indefensión”.

En la mayoría de los casos, según la experta, el contacto visual significa que el perro considera a su amo parte de su familia, y está pendiente de un gesto o una mirada de alerta, en caso de existir algún peligro cerca.

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Dicho de otro modo, en ese momento los perros esperan protección, y el contacto visual prolongado produce una respuesta sicológica similar a la de un hijo con su madre.

Otra hipótesis plantea la experta en comportamiento canino Madeline Friedman, consultada por el portal The Dodo, recordando que muchas mascotas, cuando son cachorros, son recompensados por aprender a hacer sus necesidades al aire libre (y no al interior de las viviendas).

“La mayoría de los dueños no mantienen el refuerzo cuando el perro está entrenado de forma confiable en la casa, al menos no con tanta frecuencia […]. Creo que el perro recuerda el refuerzo y espera más”.