El gato, que es el huésped definitivo de la toxoplasmosis (es decir, en él se termina el ciclo de la enfermedad, se perpetúa y es la especie que elimina o transmite los ooquistes), tiene un papel preponderante. Sin embargo, es muy importante aclarar que el riesgo de contagio a través de las heces de los gatos es insignificante cuando las medidas de higiene se practican adecuadamente.

La toxoplasmosis es una enfermedad de origen parasitario, producida por un parásito tipo protozoario, del género Toxoplasma. Las personas pueden contaminarse con el parásito de diversas formas: consumo de carne cruda, de procedencia dudosa u obtenida con prácticas higiénicas deficientes (ejemplo: expendios ilegales, carne proveniente del sacrificio ilegal o clandestino, animales sacrificados sin inspección sanitaria), consumo de alimentos contaminados o aguas contaminadas; inclusive, vegetales u hortalizas que han sido cultivadas, regadas o lavadas con agua contaminada.

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En Europa, la infección con el parásito se ha asociado al consumo de carnes crudas (Sukthana, 2006). Los felinos, antiguamente y tradicionalmente han sido utilizados en granjas o centros de almacenamiento de granos para controlar o como “depredadores” de roedores. Hoy día, los felinos son más valorados aún por ser casi miembros de la familia y proporcionar compañía (Dabritz y Conrad, 2010). Esto puede hacer que el riesgo de contagio de la toxoplasmosis sea mayor; sin embargo, para que este contagio se realice entre un gato infectado y una persona, deben existir factores que son casi imposibles de que se presenten.

Actualmente esta enfermedad constituye un problema de salud pública a nivel mundial por las diversas formas de transmisión, por el riesgo durante la gestación en mujeres y por los pocos registros que se realizan de animales positivos o sospechosos. En Colombia, es de notificación obligatoria, es decir, se debe informar a las autoridades sanitarias (Secretaría de Salud a través del Médico Veterinario) si el felino es positivo, lo cual está estipulado en el Decreto 2257 de 1986.

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El papel del gato en la enfermedad

En América, la infección con el parásito se ha asociado más a los felinos callejeros, es decir, a aquellos que han tenido contacto con aguas contaminadas o han tenido que consumir, para sobrevivir en su ambiente semi-salvaje o rural, animales silvestres o especies de animales que son reservorio de la enfermedad (roedores, aves silvestres, otros pequeños animales) (Sukthana, 2006).

Por eso, es importante resaltar que cuando los felinos callejeros son rescatados o adoptados, deben ser muestreados para estar seguros que no sean animales positivos, y es deseable que provengan de refugios o centros de adopción que realicen adecuadas prácticas higiénicas.

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Lo anterior es una oportunidad para aquellos centros donde se concentran animales para rehabilitar o rescatar y dar en adopción, estos lugares deben realizar una adecuada disposición de residuos sólidos y líquidos y mantener un status higiénico-sanitario mínimo, todo siempre a favor de la prevención y el control de enfermedades de este tipo, es decir, de aquellas que pueden ser compartidas por animales y humanos, las cuales se conocen como zoonosis.

En la casa, un gato puede infectarse al ser alimentado con carne cruda o agua contaminada o sobras de cocina sin cocción. De una forma u otra, cuando los gatos se infectan, pueden mantener el parásito por el resto de su vida, lo cual se traduce, en que puede eliminar ooquistes durante varios días en varios períodos de su vida (American Veterinary Medical Association, 2012)

Signos y síntomas en los felinos

Generalmente estos gatos que se encuentran eliminando el parásito no tienen síntomas específicos de la enfermedad y muchas veces no exhiben sintomatología. Los gatos que manifiestan síntomas pueden presentar problemas respiratorios, problemas hepáticos (hígado), depresión o decaimiento, tos, dificultad para respirar, pérdida del apetito, diarrea, pérdida de la visión, cambios en el comportamiento y algunos signos y síntomas de origen neurológico. No existe vacuna, por lo que las medidas que se tomen deben estar orientadas a la prevención (American Veterinary Medical Association, 2012).

¿Cómo se puede infectar una persona?

Las personas se pueden contagiar de las siguientes maneras: manipulación o consumo de carnes crudas (tanto de especies domésticas como silvestres, el curado, secado o ahumado de la carne no disminuye el riesgo), mediante consumo de leche cruda, consumo y manipulación de frutas y verduras sin lavar o que pudieran haber estado en contacto con tierra contaminada o aguas contaminadas, consumo de algunos productos del mar sin cocinar, ingestión accidental de ooquistes que están presentes en el ambiente (actividades como jardinería, contacto con tierra o agua contaminada o de lugares donde circulan felinos callejeros o finalmente de la madre al feto durante la gestación (American Veterinary Medical Association, 2012). Es erróneo asumir que una persona que tiene anticuerpos contra toxoplasma se haya infectado por un gato ya que existen factores de riesgo más importantes y probables.

¿La manipulación de gatos representa un riesgo de infección?

Definitivamente es muy poco probable que la manipulación de felinos represente un riesgo real de infección, esto debido a varios factores: la mayoría de gatos sanos se asean solos y con frecuencia, lo cual disminuye la posible permanencia de ooquistes en el pelo el tiempo suficiente para que estos sobrevivan o se vuelvan infecciosos.

Es importante resaltar que las mujeres embarazadas y las personas inmunocomprometidas (VIH, por ejemplo), presentan un mayor riesgo; con base en lo anterior, este tipo de personas deben tener mayor énfasis en las medidas higiénicas de prevención, mas NO significa que estas personas no puedan tener gatos como compañía, y no deben sentirse presionadas a deshacerse de su mascota (American Veterinary Medical Association, 2012).

Si una mujer embarazada o una persona inmunocomprometida, decide adoptar un felino provenientes de lugares rurales o que han sido callejeros, es conveniente realizar exámenes para descartar que sea positivo, es una condición casi obligatoria para que el felino sea adoptado.

Según la American Veterinary Medical Association en 2012, se pueden tener en cuenta una serie de precauciones generales para evitar el riesgo de infección:

  • Lavarse las manos antes y después de manipular tierra, carne, frutas y verduras crudas o sin cocinar, se incluyen los productos lácteos crudos
  • Evitar el consumo de leche y subproductos lácteos sin pasteurizar
  • Lavado de frutas y verduras para consumo
  • El agua de ríos o estanques debe ser hervida antes de ser consumida
  • La carne debe ser consumida y probada cuando esté totalmente cocinada, es ideal una temperatura de cocción por encima de 60 grados para carne de res y encima de 70 grados para aves (Center for Disease Control and Prevention, 2013)
  • Los implementos utilizados en la cocina (cuchillos, tablas) deben ser lavados y desinfectados
  • Recomendaciones para los propietarios de gatos (American Veterinary Medical Association, 2012)
  • Es importante dejar en claro que las posibilidades de contagio son mayores por el consumo de carnes crudas o alimentos contaminados que por el gato en sí mismo.
  • Los gatos, deben permanecer dentro de casa siempre y no permitir que se alimenten de roedores o aves
  • Evitar alimentar a los gatos con carnes o alimentos crudos (alimentar sólo con alimentos procesados o en su defecto carne cocinada adecuadamente).
  • El aseo de las cajas de arena o areneras debe realizarse a diario, posteriormente deben lavarse las manos con agua y jabón
  • El contenido de las areneras debe eliminarse de forma segura, en bolsas bien cerradas
  • Algunos gatos o razas de gatos de pelo largo, tienden a acumular materia fecal en la zona perianal, por lo que se recomienda mantener esta área limpia y con el pelo corto
  • Pueden existir gatos que por condiciones anormales (sobrepeso, enfermedades articulares) no se asean regularmente, por lo que el propietario debe asumir el aseo de su mascota, aseo que debe ser realizado por un profesional o con lavado de manos antes y después, con agua y jabón.
  • Recomendaciones para mujeres embarazadas o personas inmunocomprometidas (American Veterinary Medical Association, 2012)
  • Se debe hacer énfasis en el lavado de manos, antes y después de realizar el aseo de la arenera y evitar siempre el contacto con las heces de los gatos; inclusive, una mujer embarazada o una persona inmunocomprometida, no deben realizar el aseo de la arenera.
  • El aseo de la arenera debe ser realizado a diario, preferiblemente con guantes de látex

Dr. Víctor Manuel Acero Plazas
DMV, cMSc Salud Pública. Director Ejecutivo, Asociación Nacional de Médicos Veterinarios de Colombia (AMEVEC).