La paciente, sin antecedentes médicos, ingresó en un hospital de Hauts-de-Seine (suroeste de París) con el documento falso comprado a un médico, asegurando que se había vacunado, detalló el diario Sud Ouest.

Sufría una forma grave de la enfermedad “que progresó rápidamente hacia un ataque respiratorio severo“, dijo Djillali Annane, jefe del departamento de reanimación, en palabras recogidas por la agencia AFP.

Si los médicos hubieran sabido que la paciente no estaba vacunada contra el COVID-19, podrían haber “administrado tempranamente anticuerpos neutralizantes, que se sabe que son eficaces para reducir el riesgo de progresión de la enfermedad”, agregó Annane.

Un certificado de vacunación falso “no protege contra el virus y puede inducir a error al médico que le atienda”, subrayó el funcionario. (Vea tambiénÓmicron llevó al disparo de casos de COVID-19 en Sudáfrica, pero con una menor gravedad).

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Fue el marido de la paciente quien admitió que ella no estaba vacunada. Él sí lo está, pero dijo que “tuvo dificultades” para convencerla de vacunarse, explicó la clínica al diario Notre Temps.

“Es fundamental asumir hasta el final la decisión de no vacunarse, porque el conocimiento por parte del médico de esa información puede en ocasiones cambiar la forma en que uno se hace cargo”, añadió el centro médico a ese periódico.

Las cifras del Ministerio de Salud de Francia, citadas por la plataforma Our World in Data, dan cuenta de que el 77 % de los franceses ya cuentan con al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19.

El 71 % cuenta con la pauta completa y apenas un 6 % suma una dosis. Francia, al igual que los otros países de la Unión Europea, ha implementado el pasaporte sanitario para ingresar al país y hacer uso de lugares de ocio como restaurantes, bares y cines.

Los hechos se dieron en Hauts-de-Seine (suroeste de París):