Muchas de las dietas de moda, o que circulan por redes sociales, sugieren eliminar la ingesta de carbohidratos y se promocionan como la mejor forma de perder peso. Estas dietas, también llamadas keto, restringen los carbohidratos, los granos, los cereales y las legumbres, así como otros alimentos que contienen carbohidratos, como por ejemplo lácteos, frutas y ciertas verduras. Generalmente los reemplazan con alimentos con mayor contenido de grasas y proteínas, como carnes, huevos, queso y mantequilla, entre otros.

Hay otras dietas, generalmente recomendadas por autoridades sanitarias, que son equilibradas en su composición y contienen cantidades moderadas de carbohidratos, proteína, grasas, frutas y verduras. Y cuando se sugieren para la reducción de peso, estas dietas recomiendan restringir la cantidad de energía ingerida guiando a las personas a reducir el tamaño de las porciones y a elegir alimentos más saludables, como, por ejemplo, carne magra en lugar de grasa.

La gran pregunta entonces es ¿cuál de las dos dietas es mejor y más saludable? Para empezar hay que decir que aunque las dietas bajas en carbohidratos para reducir el peso se promueven, promocionan y comercializan como las más efectivas, aun carecen de evidencia sólida.

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Con el propósito de darle piso científico a esta discusión, una revisión publicada por el grupo Cochrane quiso indagar si las dietas bajas en carbohidratos eran mejores que las dietas equilibradas en carbohidratos en adultos con sobrepeso o que vivían con obesidad, tanto para la pérdida de peso como teniendo en cuenta los factores de riesgo de enfermedades cardíacas.

La principal conclusión de los investigadores es que en un periodo de seguimiento de hasta dos años hay poca o ninguna diferencia en el peso que pierden las personas que siguen dietas bajas en carbohidratos en comparación con las que siguen dietas equilibradas en carbohidratos. O, en otras palabras, básicamente las dietas keto no tienen mayores beneficios sobre las dietas equilibradas, según esta revisión.

De manera similar, el estudio demostró que probablemente haya poca o ninguna diferencia entre ambas dietas cuando se analizaron los resultados de riesgos de enfermedades cardíacas como la presión arterial diastólica, la hemoglobina glicosilada (HbA1c, una medida de los niveles de azúcar en la sangre durante 2 a 3 meses) y el colesterol LDL (colesterol ‘no saludable’) durante un periodo de hasta dos años. Los resultados fueron iguales tanto en personas con diabetes como sin esta enfermedad.

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No habría mayor diferencia entre dietas bajas en carbohidratos y dietas equilibradas

El estudio mostró que las dietas bajas en carbohidratos dieron como resultado poca o ninguna diferencia en la pérdida de peso a corto plazo (ensayos que duran de 3 a 8,5 meses) y a largo plazo (ensayos que duran de uno a dos años) en comparación con las dietas equilibradas en carbohidratos, según todos los estudios revisados.

A corto plazo, la diferencia promedio en la pérdida de peso fue de aproximadamente 1 kilogramo (kg) y a largo plazo la diferencia promedio fue de menos de 1 kg.

Cabe aclarar que las personas perdieron peso con ambas dietas en todos los ensayos. La cantidad de peso perdido en promedio varió mucho con ambas dietas a lo largo de los ensayos, desde menos de 1 kg en algunos ensayos hasta alrededor de 12 kg en otros a corto y largo plazo.

De manera similar, las dietas bajas en carbohidratos dieron lugar a poca o ninguna diferencia con las dietas normales en la presión arterial diastólica, la hemoglobina glucosilada (HbA1c) y el colesterol LDL (colesterol “no saludable”) hasta por dos años.

¿Cómo concluyeron que no hay mayor diferencia entre dietas?

Los investigadores realizaron búsquedas en seis bases de datos electrónicas y registros de ensayos que compararon resultados de dietas bajas en carbohidratos con dietas equilibradas en carbohidratos en adultos con sobrepeso o que vivían con obesidad.

Se encontraron 61 ensayos con 6.925 personas con sobrepeso o que vivían con obesidad. El ensayo más grande fue en 419 personas y el más pequeño en 20. Todos los ensayos, excepto uno, se realizaron en países de ingresos altos de todo el mundo y casi la mitad se realizaron en los Estados Unidos.

La mayoría de los ensayos (36) se realizaron en personas que no tenían enfermedades cardíacas ni factores de riesgo. Además, la mayoría de las personas (5.118) no tenían diabetes tipo 2.

Por otro lado, el peso inicial promedio de las personas en los ensayos fue de 95 kg, la mayoría de los estudios (37) duraron seis meses o menos, y los estudios más largos (6) duraron dos años.

“Estamos moderadamente seguros de la evidencia. La confianza disminuyó principalmente debido a las inquietudes acerca de cómo se realizaron algunos ensayos, lo que incluyó que muchos ensayos no informaron todos sus resultados. La investigación adicional puede cambiar estos resultados. Sin embargo, la evidencia está actualizada hasta junio de 2021”, finalizaron los autores.

Es clave recordar, finalmente, que los regímenes alimenticios de una persona no deben basarse en recomendaciones de redes sociales y lo apropiado es consultar con un médico nutricionista para definir, con base en las características y necesidades personales, un plan de alimentación que ayude a regular el peso corporal.

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