Durante este jueves, 21 de julio, se conmemora de manera internacional El Día Mundial del Perro, una fecha propicia para ahondar en la tenencia responsable de mascotas en Bogotá, Colombia y diferentes países de la región.

Cabe mencionar que de acuerdo con los resultados de la encuesta de cultura ciudadana realizada por el Instituto Distrital de Protección Animal  -IDPYBA-; para el 2019 el 91 % de los ciudadanos se declararon amigables con los animales, el 61 % afirmó convivir con uno en su residencia y el 73 % de los mismos aseguró tener como mínimo un perro.

En esta medida es clave reconocer que se trata de animales sintientes, a quienes no basta solo con alimentar, también es indispensable garantizar su bienestar emocional y su actividad deportiva y recreativa.

En lo que se refiere al cuidado de los caninos, la observación de campo realizada por uno de los ciudadanos que integraron el semillero de género, protección y bienestar animal de la entidad, reveló que la tarea de “sacar al perro” es realizada principalmente por mujeres (67 %), seguida de los hombres (27 %). Por otra parte, se consideran que en el mundo existen unas 341 razas de perros reconocidas, de ellas hay al alrededor de 246 en el país.


Aspectos claves del cuidado

1. Nutrición: la alimentación debe ser adecuada para que los animales estén libres de hambre, sed y desnutrición. Para lo cual se deben tener en cuenta, entre otros, aspectos asociados al tamaño, la edad, nivel de actividad y requerimientos especiales y de salud.

2. Confort: se refiere a la comodidad y disposición de ambientes adecuados que los protejan de peligros, malestares y de las inclemencias climáticas.

3. Salud física: para garantizarles atención médica veterinaria de tipo preventivo y curativo, evitando enfermedades por negligencia.

4. Comportamiento: está relacionado con la garantía de condiciones que les permita estar libres de miedo, estrés y que puedan manifestar su comportamiento natural.

5. Estado mental: se relaciona con el hecho de evitar situaciones o acciones que puedan generarles miedo, angustia y estrés, y propiciar estados emocionales positivos por ejemplo, a partir del desarrollo de actividades que recreación y esparcimiento, así como de adecuaciones de enriquecimiento ambiental.