Para evitar que se presente es muy importante controlar la dieta, por tanto se requiere del constante apoyo del propietario. De ahí la importancia de que el dueño se eduque y se concientice acerca de la calidad de la nutrición y dieta que debe consumir su mascota y más si ha sido diagnosticada con esa enfermedad.

La obesidad no es solo un problema de estética, esta se define como “un depósito excesivo de grasa corporal que causa un cambio en las diferentes funciones corporales” (OMS, 1997), lo cual constituye un factor importante en la salud de las mascotas.

Existen varios factores de riesgo para esta enfermedad, como son: la raza, por ejemplo los Bulldog, Labrador o Cocker pueden tener mayor predisposición a sufrir obesidad.

La edad es otro factor, la obesidad puede aumentar con la edad del paciente; el sexo, las hembras pueden sufrir más de sobrepeso que los machos; la esterilización incrementa la frecuencia de obesidad en machos y especialmente en hembras; los tratamientos contraceptivos, el uso de medroxiprogesterona puede causar bulimia y aumento de peso; el sedentarismo y la falta de ejercicio, los animales que viven en espacios reducidos y que no se ejercitan lo suficiente, suben más de peso que los que hacen ejercicio con mayor frecuencia; las enfermedades endocrinas, como la diabetes, el hipotiroidismo o el hiperadrenocorticismo; obesidad secundaria a algunos medicamentos como glucocorticoides o antiepilépticos; el tipo de alimentación, alimentos muy ricos en carbohidratos y grasas o muy palatables, o el consumo de golosinas que no son tenidas en cuenta en cuanto al aporte energético que proveen.

(Vea también: Expertos responden a cuál debe ser la comida ideal para los perros y gatos)

Importancia clínica de la obesidad: Tanto en perros como en gatos el sobrepeso y la obesidad pueden aumentar el riesgo de padecer diferentes enfermedades.

En los gatos, las más frecuentes son las afecciones de vías urinarias, cavidad oral, diabetes, lipidosis, dermatosis, cáncer, algunos riesgos anestésicos y de procedimientos clínicos.

Los problemas de piel también son frecuentes ya que el exceso de peso limita ciertos movimientos y hace que los gatos no puedan acicalarse como es debido y haya un sobre crecimiento de bacterias y/o levaduras en la piel.

En los perros también son frecuentes las enfermedades osteoarticulares, la hipertensión, la disminución de la longevidad, intolerancia al ejercicio, problemas cardiorespiratorios, enfermedades metabólicas, disminución de las defensas, entre otras.

Diagnóstico y evaluación de la obesidad En medicina veterinaria se han propuesto varias herramientas para evaluar el grado de obesidad de una mascota como son: el peso corporal, el cual se tiene en cuenta según los estándares de las diferentes razas; los animales se deben pesar en cada visita al veterinario para poder estimar el rango ideal y así establecer las raciones que debe consumir si debe bajar de peso.

Lee También

Otra técnica son las medidas morfométricas, esta mide la forma externa del cuerpo y combina datos sobre la estatura y el peso corporal.

Estas técnicas son el ICC (índice de condición corporal) y las técnicas que combinan varias medidas de longitudes y circunferencias de varias partes del cuerpo.

Tratamiento para el animal obeso

Al igual que en humanos, hay fármacos que se pueden utilizar para disminuir la cantidad de grasa en el cuerpo de una mascota pero lo más recomendado son las dietas hipocalóricas, el cambio de hábitos y el ejercicio.

Lo primero que se debe tener en cuenta al iniciar un programa para controlar la obesidad es el acercamiento con el propietario, que este conozca las causas y los daños que provoca esta enfermedad, así como las ventajas de tener un paciente sano para que se comprometa con el tratamiento.

Para formular una dieta óptima que logre bajar de peso pero que mantenga saludable a la mascota, esta debe ser: hipocalórica, baja en grasa, con alto nivel de proteínas, para que proporcionen los aminoácidos esenciales que van a causar saciedad, evitar la pérdida de tejido magro y ayudar a la reducción de tejido graso; el empleo de fibra alimentaria, el uso de prebióticos en la dieta, entre otros nutrientes que deben ser tenidos en cuenta para lograr ese objetivo.

Por último, el cambio de hábitos tanto del dueño, al momento de alimentar e interactuar con su mascota, como del animal, que tenga más actividad física, que no esté estresada, triste ni aburrida y ningún otro factor que afecte su apetito, va a lograr que se cumpla la meta del veterinario y la familia, de llevar a feliz término un régimen de adelgazamiento y de mantenimiento saludable de los adorables compañeros de vida.

Dra. Isabel Aya Cortés. MVZ

Especialista en Ciencia y Tecnología de alimentos Especialista en Laboratorio Clínico Veterinario Con énfasis en Dermatología en perros y gatos.