
Con el uso diario, el lavaplatos se convierte en un gran aliado para mantener la vajilla limpia y libre de bacterias. Sin embargo, a pesar de su función, el propio lavavajillas tiende a ensuciarse con el tiempo si no se le da el mantenimiento adecuado.
(Vea también: Trucos para sacar manchas amarillas de la tapa plástica del inodoro y sin tanto esfuerzo)
¿Por qué se debería limpiar el lavaplatos?
El óxido no solo afecta la apariencia del lavavajillas, sino que también tiene consecuencias negativas:
- Obstrucciones: el óxido se acumula y obstruye el filtro, las boquillas de aspersión y otros componentes del lavavajillas, lo que puede afectar su rendimiento y provocar averías.
- Manchas: el óxido se desprende y mancha la vajilla durante el lavado.
- Malos olores: el óxido contribuye a la aparición de malos olores en el lavavajillas.
¿Cómo quitar el óxido de un lavaplatos?
Existen varios trucos caseros y efectivos para eliminar el óxido del platero de la cocina y dejarlo brillante:
Bicarbonato de sodio:
Preparación:
- Mezcle partes iguales de bicarbonato de sodio y agua hasta formar una pasta.
- Aplique la pasta sobre el óxido con un paño o esponja.
- Frote suavemente el óxido.
- Enjuague con agua tibia y seca con un paño limpio.
Vinagre blanco:
Preparación:
- Mezcle partes iguales de vinagre blanco y agua en un recipiente.
- Sumerja el platero en la solución durante 30 minutos a una hora.
- Frote el óxido con un paño o esponja si es necesario.
- Enjuague con agua tibia y seca con un paño limpio.
Sal:
Preparación:
- Espolvoree sal sobre el óxido.
- Agregue unas gotas de agua para crear una pasta.
- Frote el óxido con un paño o esponja.
- Enjuague con agua tibia y seca con un paño limpio.
(Vea también: Cómo limpiar las alfombras en casa, en seco y sin necesidad de lavandería: pasos a la mano)
¿Qué pasa si pinta encima del óxido?
Pintar sobre el óxido no es recomendable por varias razones:
- Mala adherencia: la pintura no se adherirá correctamente a la superficie oxidada, lo que provoca que se agriete o se desprenda con facilidad.
- Corrosión acelerada: el óxido atrapa la humedad, lo que crea un ambiente ideal para que la corrosión continúe avanzando. Al pintar sobre el óxido, se sella la humedad y se acelera el proceso de corrosión, dañando aún más el metal.
- Apariencia deficiente: la pintura no podrá cubrir completamente el óxido, lo que dará un aspecto antiestético y descuidado a la superficie.
- Riesgo para la salud: el óxido puede contener sustancias nocivas que podrían desprenderse con la pintura descascarada, lo que representa un riesgo para la salud.




*Este artículo fue escrito y curado por periodistas del equipo de redacción, con apoyo de una inteligencia artificial que utiliza ‘machine learning’ para producir texto.
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