Este alimento se utiliza en una variedad de platos por su versatilidad, por eso se ha convertido en un aliado al momento de hacer ensaladas, emparedados, jugos verdes, etc.

Sin embargo, los consumidores a menudo se enfrentan al desafío de mantenerla fresca y crujiente durante más tiempo, ya que tiende a marchitarse y volverse amarga rápidamente.

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¿Cómo se puede conservar la lechuga fresca?

1. Limpieza y preparación

El primer paso para preservarla es hacer una limpieza adecuada retirando las hojas externas dañadas y sumergiéndola en un recipiente con agua fría durante unos minutos. Luego, escurra el exceso de agua y séquela suavemente con papel absorbente o utilizando una centrifugadora de ensaladas.

2. Almacenamiento adecuado

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a. Envuelva las hojas de lechuga en papel de cocina seco y asegúrese de que todas estén cubiertas y coloque el paquete envuelto en una bolsa de plástico perforada para permitir una ligera circulación de aire. Luego, guárdelo en el refrigerador en la sección de verduras.

b. Si prefiere evitar el uso de plástico, puede utilizar un recipiente hermético, en el que debe poner las hojas asegurándose de que estén secas  y después, colocar una toalla de papel encima.

3. Algunas frutas y vegetales producen una hormona llamada etileno, que acelera el proceso de maduración y puede hacer que la lechuga se vuelva amarga y se deteriore más rápidamente.

Para evitar este problema, almacene la lechuga en un lugar que esté separado de las manzanas, los tomates, los plátanos y los melones.

*Este artículo fue creado con ayuda de Robby Bienestar, una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista de Pulzo.