
Tras una intensa sesión de ejercicio, es común encontrarse con un desafío capilar persistente: el cabello graso y la sensación de suciedad. El impacto del sudor en el cuero cabelludo y la hebra capilar puede ser significativo si no se toman las precauciones adecuadas.
El sudor es una respuesta natural del cuerpo al esfuerzo físico y contiene más que solo agua. Está compuesto por sales, toxinas y tiene un pH ligeramente alcalino. Cuando este sudor entra en contacto prolongado con el cuero cabelludo, puede desencadenar una serie de problemas.

Además, la combinación del sudor con el sebo y las células muertas de la piel puede obstruir los folículos pilosos. Esto no solo impide que el cabello “respire” adecuadamente, sino que también puede crear un ambiente propicio para el crecimiento de microorganismos, derivando en problemas como caspa, picazón y debilitamiento de la fibra capilar.
Angélica Quintero, cofundadora de La Poción y experta en formulación capilar, señala que esta situación es especialmente delicada para cabellos teñidos o sometidos a tratamientos químicos, ya que su estructura ya es más vulnerable a los factores externos. Además, adiciona que proteger el cabello mientras se mantiene activo es posible con una rutina de cuidado enfocada y consciente. Los expertos en salud capilar recomiendan un enfoque integral:
Antes de entrenar:
- Preparación y protección: antes de iniciar la rutina de ejercicios, considere aplicar productos ligeros que formen una barrera protectora, aplicado de medios a puntas para ayudar a crear una capa protectora que minimice la absorción de sales y toxinas del sudor.
- El tipo de peinado también influye: evite las colas de caballo o moños extremadamente apretados.
Durante el ejercicio:
Gestión del sudor: aunque no puede evitar sudar, sí puede manejarlo. Usar una banda para el sudor de tela absorbente o una diadema en la frente es una estrategia eficaz para absorber la humedad antes de que llegue al cuero cabelludo y el cabello.

Después del entrenamiento:
Recuperación y limpieza adecuada: la fase post-ejercicio es crucial para la salud capilar. Evite el uso inmediato de herramientas de calor. Lo ideal es dejar que el cabello seque al aire libre.
Limpieza consciente: si bien es tentador lavar el cabello inmediatamente después de cada sesión, un lavado excesivo puede resecar el cuero cabelludo.
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¿Es mejor dormir con el pelo recogido o suelto?
No hay una respuesta única y definitiva sobre si es mejor dormir con el pelo recogido o suelto; depende en gran medida de su tipo de cabello, su longitud y los cuidados adicionales que le brinde. Ambas opciones tienen sus ventajas y desventajas en términos de salud capilar.
Para muchas personas, especialmente aquellas con cabello largo o propenso a enredarse, recogerlo es una buena opción para minimizar la fricción contra la almohada. Si opta por recogerlo, la clave es la suavidad y la ligereza: peinados protectores como trenzas sueltas (una o dos), un moño bajo y flojo y más. La idea es que no haya tensión en el cuero cabelludo.
Para quienes tienen el cabello corto o simplemente prefieren la libertad, dormir con el pelo suelto es una opción viable. Sin embargo, también presenta desafíos como el ‘frizz’, o que se enrede, lo mejor es considerar almohada de seda o satén.
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¿Cuántas veces hay que lavarse el pelo para que crezca?
Es un mito que la frecuencia de lavado del cabello influya directamente en su crecimiento. La cantidad de veces que se lave el pelo no acelera ni desacelera el crecimiento capilar.
El crecimiento del cabello ocurre en los folículos pilosos que están bajo la superficie del cuero cabelludo. Lo que hace con el cabello una vez que ha salido del cuero cabelludo (lavarlo, peinarlo, cortarlo, etc.) no afecta la velocidad a la que nuevos cabellos crecen desde la raíz.
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