Estudios anteriores sugieren que la dieta de las mujeres embarazadas expone a los fetos a variedad de sabores y que nuestras preferencias alimentarias pueden comenzar antes del nacimiento. Sin embargo, por primera vez, logró observar directamente la respuesta de los bebés a los sabores.

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La investigación fue publicada hace dos días en la revista Psychological Science e incluye imágenes ultrasónicas. “Los hallazgos tienen implicaciones importantes para comprender la evidencia más temprana de las habilidades fetales para sentir y discriminar diferentes sabores”, escribieron los autores en la publicación.

¿Cómo descubrieron que los fetos reaccionan a sabores?

El equipo de científicos notó que los aromas de la dieta de la madre estaban presentes en el líquido amniótico. Además, conocían por otros aportes científicos, que las papilas gustativas pueden detectar sustancias químicas a partir de las 14 semanas de gestación, y las moléculas de olor se activan a partir de las 24 semanas de gestación.

Con la intención de conocer si los fetos diferenciaban sabores específicos, los investigadores pusieron en marcha un curioso experimento. El equipo analizó las ecografías de dos grupos de mujeres embarazadas, entre los 18 y 40 años de edad, de las 32 a 36 semanas de gestación.

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Al primer grupo le pidieron tomar una cápsula de col rizada en polvo y al otro una zanahoria. Ambos experimentos se realizaron al noreste de Inglaterra y 20 minutos antes de una ecografía. El equipo también examinó escaneos de 30 mujeres, tomados de un archivo, a quienes no se les dio ninguna cápsula, informó The guardian.

Para que el experimento fuera aún más certero, los científicos le pidieron a la madres que se abstuvieran de comer cualquier otra cosa una hora anterior a la ecografía.

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Los resultados fueron sorprendes. Después de una análisis cuadro por cuadro de una serie de diferentes movimientos fáciles, los investigadores encontraron movimientos en los fetos parecidos a llantos y risas. “Las reacciones fetales observadas en ambos grupos de sabor, proporciona evidencia de que la ingestión de solo 400 mg de zanahoria o col rizada en polvo en una cápsula fue suficiente para alcanzar los quimiorreceptores fetales. Este efecto ocurre en un tiempo relativamente corto: alrededor de 30 minutos después de la ingestión materna de las cápsulas de sabor, detectamos reacciones faciales observables en los fetos”, conluyó el equipo.

En general, los investigadores examinaron 180 escaneos de 99 fetos a las 32 semanas y a las 36 semanas o en ambos momentos.

Entre los resultados, el equipo encontró que los fetos mostraban una expresión de llanto el doble de frecuencia con las cápsula de col rizada, mientras que los fetos adoptaban una expresión similar a la risa con la cápsula de zanahoria.

La profesora Catherine Forestell, del College of William & Mary, dijo a The Guardian que el trabajo brinda una ventana al mundo quimiosensorial del feto humano. Y agregó que “será de gran interés el trabajo futuro que destaque las diferencias individuales en las respuestas fetales a los sabores y cómo se relacionan con los hábitos dietéticos de las madres y las respuestas de los bebés a los alimentos después del nacimiento”.