
Desde que estábamos en las escuela, nos han dicho que la Tierra gira constantemente sobre su eje a una velocidad promedio de 1.670 kilómetros por hora en el ecuador. Ese movimiento, conocido como rotación terrestre, ocurre desde que el planeta se formó hace más de 4.500 millones de años y es el responsable de la sucesión del día y la noche en distintos puntos del planeta.
Aunque parezca imperceptible para los humanos, ese giro es una de las fuerzas más estables e inalterables que rigen la dinámica del mundo y un solo cambio en esa dinámica podría destrozar la vida del planeta como se conoce en este momento.
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Imaginar que la Tierra se detenga por tan solo cinco segundos puede parecer un experimento inofensivo, pero implica desafiar las leyes físicas que mantienen el equilibrio del planeta. Este escenario exige contemplar qué mecanismos tendrían que intervenir para frenar un cuerpo de más de 12.000 kilómetros de diámetro que gira sin pausa. Sería una interrupción sin precedentes, pues ni los terremotos, ni los impactos de meteoritos, ni las fuerzas gravitacionales de la Luna o el Sol han sido capaces de modificar sustancialmente esa rotación.
Para que un evento así ocurriera, tendría que actuar una fuerza gigantesca, superior a todo lo que la humanidad ha conocido. La pregunta también plantea un interesante ejercicio teórico: ¿es siquiera posible detener la rotación terrestre, aunque sea por segundos? ¿Cómo se comportaría la atmósfera, los océanos y la vida misma durante esa breve pausa?
Pues los efectos serían varios y apocalípticos, sin lugar a dudas. Un video del canal de YouTube What If en Español señala que si la tierra dejara de girar por 5 segundos, lo primero que ocurriría, en una serie de desastres, es que “la atmósfera seguiría en movimiento”, situación que desencadenaría fuertes vientos que serían diferentes, dependiendo del lugar del planeta en el que cada quien se encuentre.
Esos vientos podrían “quebrar la corteza terrestre” y no habría piso, sino que de inmediato todo caería hacia el centro de la Tierra. También ocasionaría que, sin importar si se está en un campo abierto o un espacio cerrado, las personas salgan disparadas, al igual que objetos como carros, edificios y más, a velocidades superiores a las 1.200 kilómetros.
Otro de los terribles efectos que se experimentaría es que, como la Tierra no es totalmente redonda, sino un poco alargada hacia el ecuador por la fuerza centrífuga, el planeta tomaría la forma de una circunferencia perfecta en ese instante y eso llevaría a que toda el agua que se concentra cerca al ecuador, fluyera hacia los polos ocasionando tsunamis de proporciones catastróficas, como los pronosticados por algunos videntes.
Esa desgracia sería doble, porque cuando la Tierra volviera a girar, toda esa agua retrocedería y arrastraría (de nuevo) lo que se encontrar a su paso en diversos puntos de los cinco continentes.
Si se llegara a dar ese caso, que científicamente solo podría ocurrir en miles de millones de años, el planeta no sería habitable, pues desaparecería todo lo que conocemos, hasta la tecnología. Y muy seguramente, todos los habitantes morirían durante esos 5 segundos catastróficos.
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