Días después del hecho, una compañía de seguros les envió a los padres del niño un recibo por 132.000 dólares (386 millones de pesos) y una nota donde les decían que la pieza de arte estaba dañada y, como no podía ser reparada, ellos debían pagarla, informó ABC News.

“Ustedes son responsables de la supervisión de un menor de edad; su falta de supervisión podría considerarse negligente“, decía parte de la nota, citada por el medio.

Bill Lyons, autor de la escultura, confirmó a la cadena de noticias que, a pesar de sus esfuerzos, no puedo reparar la pieza, la cual le tomó dos años de trabajo para terminarla.

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Sarah Goodman, madre del menor, aseguró al medio que estaba sorprendida por el recibo que les llegó y, sobre todo, ofendida de que la llamaran “negligente”. Agregó que todo el incidente lo estaban tratando como si se tratara de un “crimen”.

La mujer también se defendió argumentando que la escultura estaba en el salón principal y no tenía un letrero de ‘no tocar’. Además, según ella, la pieza ni siquiera estaba asegurada al estante.

Los funcionarios del museo, por su parte, indicaron a ABC News que anteriormente han tenido otras piezas en el salón principal y nunca habían tenido problemas. Además, hicieron énfasis en que los padres descuidaron al menor, pues lo dejaron solo en la sala.

Una cámara de seguridad registró el momento en que el niño botó la escultura al suelo; el video puedes verlo a continuación: