El mismo castigo padeció Delgado en 2015 y 2016. Esta vez, la comunidad lo dejó atrapado por una hora a un cepo, instrumento conocido por ser útil para cazar animales.

Desde hace un tiempo, los habitantes de San Buenaventura están promoviendo la revocatoria del alcalde pero, cansados de que el panorama en la localidad no cambie, no han dudado en tomarse la justicia por sus manos en varias ocasiones.

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Sobre el castigo que recibió, Delgado la afirmó a El Deber: “Este castigo más que físico es moral, se ha visto que me quieren denigrar, mostrándome como un niño que ha sido castigado por algo que ha hecho mal. Hay gente que no sabe lo que hace, debido a la desinformación”.

Si la postal de ver a un alcalde atrapado en una trampa para animales no era lo suficientemente atípica, el hecho de que Delgado se pusiera a fumar cigarrillo mientras pasaba la hora de castigo la hizo aún más icónica.