Cada cuatro años, el Parque de la Madres, icónico lugar del Centro Histórico de Valledupar, se convierte en el punto de encuentro de cientos de aficionados vallenatos al fútbol que mantienen una tradición que en la ciudad data de hace 16 años: cambiar, vender y comprar láminas para llenar el álbum del Mundial (Panini).  

Este año no fue la excepción.  A pesar que la selección de nuestro país no clasificó a Catar 2022, a diario llegan al sitio niños, jóvenes, adultos y ancianos que buscan sobres, álbumes y láminas que les permitan cumplir con el objetivo innegociable.

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Los ‘cerebros’ de esta fiebre que se acrecienta a medida que se acerca la fiesta más importante del fútbol, son Jorge David Bolaños y Kevin Álvarez.  Dos profesionales -Bolaños es abogado y Álvarez economista- que coincidieron con la pasión que genera, cada cuatrienio, completar el álbum de la Copa Mundo.

Cuenta Bolaños que inicialmente iba al Parque de las Madres como cualquier coleccionista a intercambiar las figuritas que le faltaban.  Sin embargo, se fue dando cuenta que tenía tantas láminas que otros no tenían que vio la posibilidad de comercializar las repetidas.

“Vendí varias mías y me dijeron, ‘necesito otras’, ahí me fui metiendo en el tema de intercambiar y compra y venta de las láminas, así me fui haciendo, hasta el día de hoy”, recuerda Bolaños.

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$500.000 por la de Cristiano

La tradición de coleccionar el ‘Panini’ para Bolaños es cuestión de herencia.  Su padre coleccionó el álbum desde 1980 hasta 2022; a partir de 2006, tomó la posta y ahora no solo los llena sino que formó su propio negocio.

“Es rentable en cuanto a que algunas laminitas que generan el ingreso como tal. Porque nosotros tratamos de no vender todas las láminas tan caras, las vendemos casi al mismo precio que sale en el sobre, el álbum, la ganancia está en algunas laminitas que son mucho más difíciles”, reconoce Bolaños.

Se refiere por ejemplo a la deseada lámina ‘dorada’ de Cristiano Ronaldo o de Lionel Messi por la cual un coleccionista estaría dispuesto a pagar hasta $500.000.

“Como uno compra tantas cajas, le van saliendo láminas que son difíciles a un coleccionista normal. Al ser uno exclusivo, le da el valor adquisitivo a la laminita”, explica el abogado de 36 años de la Universidad Popular del Cesar.

Otra historia es la de Kevin Álvarez, quien se hizo coleccionista casi que por obligación, ya que su abuelo es dueño del puesto de revistas donde venden los sobres del álbum.  Al principio, solo ayudaba, como nieto, a vender.  Pero al ver la necesidad de muchos, vio una oportunidad de negocio y empezó a vender láminas individuales.

“Los coleccionistas intercambiaban láminas, pero, entre ellos mismos no se les daba siempre y les hacía falta una lámina, les tocaba esperar muchas semanas para que saliera”, explicó Álvarez.

Es tal la afición que se vive en este lugar, que aficionados han llegado a pagar $120.000 por una lámina.  Así sucedió en el álbum del Mundial 2014 cuando Álvarez recibió ese precio por el escudo de la selección Colombia.

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Ilustres coleccionistas

Es tanta la ‘fiebre’ del álbum Panini que exponentes de la talla de Jorge Oñate, en medio de sus compromisos musicales, sacaban tiempo para buscar las láminas en el Parque de las Madres.

También recuerda Álvarez a exfutbolistas como Martín Arzuaga u otros cantantes como Jean Carlos Centeno, entre sus clientes predilectos.  “Oñate llenaba como cuatro álbumes”, asegura.

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A poco más de dos meses para que empiece el Mundial Catar 2022, este céntrico sitio de la ciudad seguirá recibiendo visitantes que llegan a comprar flores para llevar al cementerio Central, o mochilas arhuacas de todos los colores, o simplemente buscan una charla con amigos; pero también será testigo de aquellos que mantienen viva una tradición que solo los futboleros entienden y entenderán. 

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