
Nuestras interacciones son influenciadas por nuestras relaciones familiares, laborales, afiliaciones religiosas, políticas, clase social y creencias culturales, pero si se pudiera simplificar en dos grandes corrientes, se trata de cesión y dominio.
Las personas llamadas “tóxicas” generalmente tienen la necesidad de dominar, tener el control absoluto y no tienen en cuenta las comunicaciones o acuerdos hechos. En una relación no solo sentimental sino laboral o familiar, la creación de un ambiente tóxico se facilita si una persona domina y la otra siempre cede, pierde autoestima, lo que es nocivo para las interacciones del ser humano.
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A diferencia de estas interacciones afectadas de manera caótica por los factores anteriormente mencionados, se hablará de las interacciones de la radiación ionizante, cuya fuente de energía principalmente es natural procedente de la tierra, el sol y el espacio. Estas interacciones tienen la capacidad de penetrar la materia y perder toda o parte de su energía cediéndola al medio que atraviesa, pero que la ciencia a lo largo de más de setenta años ha aprendido a controlar de manera segura y usar en beneficio de la humanidad.
¿Qué le puede hacer la radiación ionizante al cuerpo humano?
A altas dosis, la radiación ionizante (como partículas alfa, beta, rayos gamma o X) puede afectar nuestro cuerpo, pero con dosis adecuadas y las respectivas medidas de protección, este tipo de energía tiene muchos usos en bien de la sociedad. Desde el descubrimiento de los rayos X en 1895 por el científico Wilhelm Roentgen, se han identificado numerosos beneficios para usos en medicina como diagnóstico y tratamiento de algunas enfermedades como el cáncer, uso en industria, agricultura, alimentos, geocronología, perfilaje de pozos y por supuesto para generación de energía térmica y eléctrica.
Para garantizar la salud y la seguridad de la vida humana, dada la exposición a la radiación ionizante, se deben seguir estos tres principios básicos, TIEMPO – DISTANCIA – BLINDAJE, que como lo simplifica el experto Alfredo García Fernández (@operadornuclear), son los mismos controles para liberarnos de las personas y relaciones tóxicas mencionadas al principio.
- Tiempo: entre menos tiempo comparta con una persona tóxica tendrá una vida más sana, así mismo, entre menos tiempo cerca de una fuente de radiación, menos radiación se absorbe.
- Distancia: lo mejor es alejarse de las relaciones tóxicas, pues seguir ahí produce frustración y baja autoestima, de la misma manera, entre más lejos de la fuente, menos intensidad de radiación se recibe.
- Blindaje: bloqueo a relaciones tóxicas para preservar nuestra salud y calidad de vida, análogamente, el uso de barreras físicas (por ejemplo, aluminio, acero, agua y plomo) salvaguardará a las personas y limitará su exposición a materiales radiactivos.
Los invito a seguirse informando adecuadamente en esta temática nuclear, a través de fuentes científicas y oficiales, las cuales reflejan la realidad y nos ayudarán a tener argumentos sólidos para seguir hablando de la radiación ionizante, pues como se mencionó, hay mecanismos muy efectivos que nos permiten protegernos de la radiación ionizante y de las relaciones tóxicas.
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