Con el lanzamiento en febrero del Galaxy S9, el gigante de Corea del Sur consiguió producir uno de sus equipos más potentes del mercado, pero también con los precios más elevados. También, Apple, con el iPhone X, en septiembre de 2017 puso la vara más alta en cuanto al valor de los dispositivos móviles; dicha situación, incluso, ha desatado rumores que ponen en duda el éxito en ventas de su buque insignia.

Sin embargo, hay personas que no justifican el precio de estos dispositivos en comparación con sus características y elementos. Por esta razón, Tech Insights decidió hacer una comparación sobre el valor real del teléfono frente a su valor comercial.

tabla comparacion precios
Tabla comparación precios / Tech Insight

Como demuestran los gráficos, el celular más caro de producir es el iPhone X, con un valor de 389.50 dólares, precio mucho inferior a los 1.000 que cobra Apple. Esto, en un primer momento, se debió a la cantidad de componentes nuevos que utilizaba el teléfono como la pantalla OLED que cuesta 77 dólares (con menos densidad de píxeles que la utilizada en los equipos de Samsung).

Los otros componentes ‘caros’ que utiliza son la  cámara con un valor de 43 dólares y partes no electrónicas por un valor de 46 dólares.

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Samsung, por su parte, tiene al Galaxy S9+ como su celular más caro, con un costo de producción de 379 dólares, y precio de venta de 839.99 dólares. Una vez más las piezas más caras son la pantalla (72.50 dólares, mejor y más barata que la del iPhone X); la cámara (48 dólares) y las aplicaciones/procesador con 68.dolares.

(Vea también: Estos son los 3 lanzamientos (grandes) que Apple hará pronto)

Cabe aclarar que para hacer un estudio como el de Tech Insights se tienen en cuenta todas las partes: desde las más importantes como la batería, procesadores, pantalla, memoria o sensores hasta cosas como materiales adicionales, mano de obra o ensamblaje.

También, para hacer los cálculos el medio se puso en contacto con los distribuidores en el momento del lanzamiento de cada equipo y calculó pieza por pieza el valor por el que las compañías los producen realmente.