Aunque llevan meses siendo ampliamente distribuidas, las vacunas contra el COVID-19 en Estados Unidos sólo cuentan con una autorización de emergencia. Debido a esto, Green invitó a la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) a no aprobarlas de manera definitiva.

“Hay demasiados casos y transmisión del virus entre gente vacunada. Estas vacunas están fracasando y no reducen la propagación del virus, como tampoco lo hacen las mascarillas. Las vacunas obligatorias violan nuestras libertades individuales”, escribió.

Twitter, que prohíbe publicar información falsa que induzca a un error sobre el coronavirus, consideró que el mensaje de la congresista estaba violando sus políticas debido a que puso en duda la efectividad de este tipo de tratamientos.

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“Me suspendieron mi perfil por decir la verdad, y por publicar lo que mucha gente está diciendo. La verdad es muy ofensiva para todos los frágiles hipócritas de Twitter”, manifestó la republicana en un comunicado de prensa.

La suspensión implica que Greene no podrá enviar tuits, retuitear, dar a ‘me gusta’ y seguir a otros usuarios durante los próximos siete días. No obstante, tendrá la posibilidad de seguir comunicándose con sus seguidores mediante mensajes directos.

En Colombia, la red social amonestó hace dos semanas a Gustavo Petro y le puso una etiqueta roja por compartir una publicación en la que señaló que “las vacunas no servían” para neutralizar la variante Delta, que ya llegó al país.

Estados Unidos critica a Petro en la ONU y evalúa si continúa apoyo a Colombia en el Acuerdo de Paz

Estados Unidos lanzó fuertes críticas al presidente Gustavo Petro durante la más reciente sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se presentó el informe trimestral sobre la paz en Colombia. El representante estadounidense, Mike Waltz, acusó al Gobierno de usar “retórica incendiaria” y de impulsar políticas que, según Washington, socavan los avances hacia una paz duradera. Además, cuestionó la ampliación del mandato de la Misión de Verificación, señalando que se ha desviado de su objetivo inicial —la desmovilización de las Farc— para centrarse en lo que calificó como “prioridades políticas excesivas”, como la JEP y el apoyo a minorías étnicas.