Como publica Mashable, el monto que está pidiendo la empresa experta en manejo de derechos de autor asciende a 1.600 millones de dólares (unos 150.000 dólares por canción y se estima que hay más de 6 millones de canciones que no poseen las licencias).

Esto se debe a que Spotify tiene dificultades para compensar a los artistas y a los compositores de las canciones debido a que todavía existe un limbo en cuanto a los derechos de autor en la música. Este problema debe ser resuelto de manera inmediata debido a que la firma planea salir a la bolsa de valores de forma pública para generar todavía más ganancias.

Por su parte, Wixen dice: “En una carrera por ser los primeros del mercado, hicieron esfuerzos insuficientes por recolectar la información sobre la composición musical… Han construido un negocio multimillonario a costas de los compositores y las empresas que publican”.

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Como menciona el mismo medio, a partir de una serie de correos electrónicos con el director del programa de negocios musicales de la universidad de Nueva York, Larry Miller, la música está protegida de dos formas.

Por un lado, las grabaciones son de las disqueras que graban y producen las canciones. Por el otro, existen los dueños de las composiciones musicales, denominada licencia mecánica en donde se les debe pagar a todos los compositores de las mismas.

Es en esta segunda parte donde radican los problemas, pues Spotify tiene que conocer y pagarles a todos los escritores de los más de 30 millones de canciones que posee en su sistema, dentro de las cuales se encuentran tonadas con más de tres escritores o versiones cantadas por otros artistas. En ese sentido, es muy fácil infringir los derechos.

Cabe destacar que la manera en la que la compañía paga es dividiendo las reproducciones de las canciones de algún artista entre el total de canciones de la plataforma. Después, este pequeño porcentaje se extrae de las ganancias de publicidad y de las suscripciones para pagarles a las disqueras.

Estas luego se encargan de darles un porcentaje a compañías como Wixen que, a su vez, con ese dinero les paga a quienes escriben las obras.