Se trata de un brazo articulado que es controlado de forma remota por un operador que, según indican, “raspa delicadamente la garganta de los pacientes” al momento de hacer las pruebas de COVID-19.

La máquina fue instalada en un jardín de niños de Shenyang, capital de la provincia de Liaoning. 

La principal ventaja del robot es que reduce el riesgo de contagio al personal sanitario que adelante los test. Además, tiene una alta precisión de movimientos.

Ante la novedad, muchos habitantes de Shenyang hicieron filas ante el centro de pruebas.

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¿Cómo funciona la toma de pruebas hecha por el robot?

Después de escanear el documento de identidad, los pacientes se sientan frente al dispositivo. Una voz femenina pregrabada les pide con cortesía que abran la boca.

Luego, el robot lleva el hisopo hacia la garganta del paciente. Mientras, un operador protegido con un traje controla la operación de manera remota a través de una cámara instalada en el brazo robótico y una pantalla de control.

China toma precauciones ante algunos brotes de coronavirus

Medidas como las del robot están encaminadas a mantener a raya el virus; sobre todo, después de episodios recientes que ponen en alerta a China, lugar en donde nació la enfermedad.

Y es que en el gigante asiático se reportó el primer muerto por COVID-19 después de 8 meses. Esa se conviritió en la víctima mortal número 4.635 de país desde que comenzó la pandemia.

Además, hace una semana, el país ordenó algunos confinamientos en las ciudades donde el virus volvió a aparecer.