El 2019-nCoV se denominó coronavirus 2 hasta el 11 de febrero de 2020 y es el responsable del síndrome respiratorio SARS-CoV-2, el nuevo virus que causa la enfermedad COVID-19, según información de MedScape. 

Este estudio fue publicado en Nature y en él se ha analizado el genoma secuenciado del SARS-CoV-2 con atención a las “espinas” de su cubierta, las mismas que usa el organismo usa para ligarse a la proteína de la membrana celular ACE2 que principalmente se encuentra en los pulmones.

Los coronavirus son una gran familia de virus conocidos y estudiados desde hace tiempo. Esas espinas que el SARS-CoV-2 usa son tan complejas que sería imposible desarrollarlas en laboratorio.

En caso de que alguien quisiera desarrollar un virus peligroso para el ser humano nunca partiría de algo como un coronavirus no infeccioso debido a que es demasiado trabajo. Además, la estructura del virus proviene de otras variantes que son conocidas y que provienen de animales como los pangolines o los murciélagos, las cuales no eran infecciosas en origen, según Gizmodo.

La respuesta se ha reducido a dos posibles escenarios respecto a cuándo y cómo adquirió el virus la habilidad de infectar seres humanos.

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En el primer escenario, el virus desarrolló sus receptores para las células humanas antes de entrar en contacto con ningún ser humano. El animal que se cree que ha sido el vector en el caso del SARS-CoV-2 es el murciélago, pero no existen pruebas de transmisión directa de murciélagos a seres humanos, agregó Gizmodo.

El segundo escenario indica que el virus entró en el ser humano siendo inofensivo, y después de un tiempo siendo huésped desarrolló los receptores que lo convirtieron en un patógeno peligroso, añadió el mismo medio.