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En una ceremonia presidida por la reina de España, Letizia, la Fundación del Español Urgente Real Academia Española (FundéuRAE) anunció que la palabra “arancel” fue elegida como la palabra del año. Este anuncio coincidió con la conmemoración del vigésimo aniversario de la fundación, una institución que promueve el uso correcto del idioma español en los medios de comunicación y cuenta con el respaldo de la Real Academia Española (RAE). Según la entidad, la elección de “arancel” refleja la fuerte presencia de este término en el debate público durante el último año, principalmente impulsada por el protagonismo de las disputas comerciales internacionales y las políticas del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Tradicionalmente, “arancel” se empleaba en contextos técnicos, como la economía o el derecho, para denominar a las tarifas o impuestos asignados a la importación y exportación de bienes entre países. No obstante, como subraya el patronato de FundéuRAE presidido por Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, este vocablo ha superado su ámbito especializado para convertirse en parte del lenguaje cotidiano, especialmente a raíz de las noticias sobre medidas arancelarias y negociaciones internacionales. La vigencia mediática de la palabra propició que se disparara su frecuencia de uso, traspasando fronteras disciplinares y entrando en la conversación social diaria.
La competencia de “arancel” fue nutrida y variada. Entre las once palabras finalistas se encuentran “apagón”, consecuencia del corte de electricidad en la península ibérica; “macroincendio”, referido a los devastadores incendios del verano español; y “preparacionista”, inspiración de quienes se anticipan a posibles catástrofes. Igualmente, se destacaron términos como “boicot”, que adquirió relieve con la convocatoria de sanciones sociales o económicas, “dron”, “generación Z”, “macrorredada”, “rearme”, “papa” —referido al cónclave que seleccionó a León XIV—, “tierras raras” y “trumpismo”.
Desde el año 2013, FundéuRAE escoge la palabra del año entre más de 250 recomendaciones anuales, fundamentando su selección en el interés lingüístico de cada término, su formación, evolución o impacto en el discurso público. Ganadores previos de este reconocimiento han incluido palabras vinculadas a fenómenos sociales, tecnológicos y medioambientales, como “polarización”, “inteligencia artificial” o “vacuna”, demostrando el dinamismo y capacidad de la lengua española para reflejar la realidad del momento.
El trabajo de FundéuRAE tiene sus orígenes en el Departamento de Español Urgente de la Agencia EFE, establecido en 1981, cuando un grupo de académicos y filólogos se ocupaba de resolver dudas lingüísticas en las noticias. A partir de 2005, bajo la presidencia de Álex Grijelmo, la Fundación se transformó para adaptarse a la era digital y ampliar su alcance más allá de los medios de comunicación, consolidándose como un punto de referencia para periodistas y público general.
La estructura actual de la Fundación está conformada por destacados miembros del ámbito académico y periodístico. Entre ellos figuran Santiago Muñoz Machado, Miguel Ángel Oliver, Carme Riera, José María Merino, Soledad Puértolas, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez y Álex Grijelmo. Este grupo representa la alianza entre la RAE y la Agencia EFE, asegurando la autoridad y legitimidad en cada recomendación que ofrece la Fundación.
¿Por qué es importante elegir una palabra del año?
La selección de una palabra del año se convirtió en una tradición de relevancia tanto lingüística como social, ya que refleja las inquietudes, debates y transformaciones que marcan una época. Según FundéuRAE, la elección sirve para destacar términos que, por su peso informativo y su capacidad de condensar realidades complejas, contribuyen a capturar el pulso de la actualidad. Esta práctica no solo propicia el análisis del lenguaje, sino que invita a la reflexión sobre los fenómenos sociales y culturales que rodean a cada término escogido.
El valor de la palabra del año recae además en su función didáctica y de concienciación sobre el idioma. Al concentrar la atención pública en palabras clave del presente, se fomenta un uso más consciente y preciso del lenguaje, herramienta vital para comprender y narrar la realidad. En este sentido, iniciativas como la de FundéuRAE enriquecen el diálogo entre los hablantes y su lengua, demostrando cómo el idioma es testigo vivo de los cambios en la sociedad.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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