Así lo asegura un reporte de BlueFin Research, citado por Barron’s, que expone dos razones por las que se detendría la producción de estos dos dispositivos: por falta de demanda y la carencia de un impacto entre los consumidores frente a las mejoras o avances de los modelos de la compañía de la manzana.

Con base en esto, la gente de FayerWayer asegura que el gran reto que tiene Apple ahora es presentar una nueva generación de teléfonos que sean “brutales y contundentes”.

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Pese al reporte, medios defensores de la compañía de la manzana aseguran que esto no sería cierto y, con todo y las críticas que ha recibido el iPhone X en temas como el ‘notch’ y su Face ID, no es la primera vez que se ve un teléfono de Apple que se deje de vender pasado el primer año de vida.

“Sabemos que el iPhone X ha sido más difícil de fabricar que otros modelos, especialmente por Face ID y la escasez de paneles OLED. De modo que resulta comprensible que Apple prefiera utilizar estas restricciones en un iPhone X de segunda generación así como de un compañero ‘Plus’, en vez del modelo actual rebajado de precio”, sostiene Applesfera.

Por ahora todas son especulaciones, por lo que es mejor esperar hasta septiembre para conocer la decisión y la nueva estrategia del gigante de Cupertino.