Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por Mariana Urrea   Jul 16, 2023 - 8:09 pm
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Las inteligencias artificiales conversacionales han sido el estallido de innovación del año. Básicamente, se trata de “máquinas” con las que puede entablar una conversación (por chat). La gran diferencia es que estas pueden responder a preguntas complejas, componer poemas, cuentos y canciones. Estos robots son capaces de escribir en segundos ensayos académicos, generar imágenes o imitar voces humanas.

La inteligencia artificial que genera resultados similares al razonamiento del cerebro humano está evolucionando de manera acelerada. Tanto así, que en mayo de este año líderes del sector tecnológico advirtieron que “riesgo de extinción” para la humanidad es real.

Las preocupaciones están en diversos sectores, incluso uno de los reclamos del comité nacional del Sindicato de Actores de la Pantalla, que ha convocado a una huelga en el gremio a la que también se unieron los guionistas, es que se defina el uso de la inteligencia artificial en la industria.

(Lea también: El peligro detrás de poder utilizar la Inteligencia Artificial para generar voces)

Entre la emoción y las advertencias, esta tecnología sigue avanzando. Esta semana se conocieron tres noticias importantes sobre IA: Google anunció el lanzamiento de Bard en más de 40 idiomas, Elon Musk puso en marcha xAI, una nueva compañía, y la Comisión Federal de Comercio estadounidense arrancó oficialmente una investigación contra OpenAI.

Investigación contra ChatGPT

El jueves se conoció que la Comisión Federal de Comercio estadounidense investiga a la compañía OpenAI para determinar si ChatGPT perjudica a los consumidores al generar información falsa y si su tecnología hace un uso inadecuado de los datos de los usuarios.

OpenAI, respaldada por Microsoft, fue notificada en un cuestionario de 20 páginas, en el que se le pide describir incidentes en los que usuarios fueron difamados y que comparta los esfuerzos de la compañía para garantizar que estos hechos no se repitan.

El lanzamiento de ChatGPT por parte de OpenAI en noviembre de 2022 sorprendió al mundo al mostrar el poder de los grandes modelos de lenguaje (o LLM, por sus siglas en inglés) una forma de inteligencia artificial (IA) conocida como “IA generativa” que puede producir en segundos contenido similar al creado por el ser humano. En medio del revuelo por las capacidades de la tecnología, las autoridades recibieron informes de que estos modelos también podrían generar contenido ofensivo, falso o simplemente extraño, llamado “alucinaciones”.

La presidenta de la Comisión de Comercio, Lina Khan, se dirigió a una audiencia del comité del Congreso el miércoles y, aunque no mencionó la investigación, dijo a los legisladores que su agencia tenía preocupaciones sobre la producción potencialmente difamatoria de ChatGPT. “Hemos escuchado sobre reportes en los que la información sensible de la gente aparece en respuesta a una pregunta de otra persona. (…) Hemos oído hablar de calumnias, declaraciones difamatorias, cosas totalmente falsas que están surgiendo. Ese es el tipo de fraude y engaño que nos preocupa”, dijo.

(Lea también: Comisión Federal de Comercio de EE. UU. abrió investigación sobre ChatGPT)

La investigación de la autoridad reguladora se centra en cómo este aspecto podría perjudicar a los usuarios, según el cuestionario, pero también profundiza en el uso de datos privados por parte de OpenAI para construir su modelo, líder en el mundo. El GPT-4 de la compañía es la tecnología base detrás de ChatGPT, así como decenas de otros programas de empresas que pagan una cuota a OpenAI para acceder a su modelo para sus propios usos.

El director general de OpenAI, Sam Altman, lamentó que la noticia de la investigación fuera filtrada a los medios y agregó que “por supuesto” OpenAI cooperará con la Comisión Federal de Comercio.

Una investigación de la Comisión de Comercio no implica necesariamente otras acciones y esa entidad podrá cerrar el caso si está satisfecha con la respuesta de la empresa. Si el regulador percibe prácticas ilegales o inseguras, exigirá medidas correctivas y posiblemente iniciará una demanda.

Bard entra a la batalla

El jueves Google también lanzó su herramienta gratuita de inteligencia artificial (IA) llamada Bard en español (así como en más de 40 idiomas). Hasta ahora solo era posible interactuar con este chatbot en inglés, japonés y coreano. Este y otros cambios le permiten a Bard competir de cerca contra ChatGPT.

De acuerdo con Romina Stella, gerente de producto en responsabilidad para Bard, este modelo es capaz de reproducir y entender el español coloquial de todos los países hispanohablantes. Otra de las novedades es que sus usuarios podrán escuchar la respuesta del chatbot. “Esto es especialmente útil si deseas escuchar la pronunciación correcta de una palabra o escuchar un poema o un guion”, explicó Jack Krawczyk, jefe de producto de Bard.

Lo que estamos presenciando es la batalla de dos colosos de la tecnología. Por un lado está Microsoft, que invirtió US$ 10.000 millones en Open AI (que es la empresa que desarrolló ChatGPT), mientras que en el otro está Google, el rey de las búsquedas en internet.

(Vea también: Todo lo que debe saber sobre Bard, la competencia de ChatGPT)

La nueva empresa de Elon Musk

El multimillonario Elon Musk anunció el miércoles la puesta en marcha de xAI, una nueva compañía de inteligencia artificial que busca, según sus declaraciones, “comprender la verdadera naturaleza del universo”.

El proyecto estará liderado por Musk y cuenta con un equipo de personas que han trabajado en empresas como DeepMind, OpenAI, Google Research, Microsoft Research y Tesla.

El mismo Musk ha alertado en los últimos meses sobre los peligros que plantea la inteligencia artificial. En marzo pasado pidió junto a otros empresarios e investigadores la suspensión por seis meses de los sistemas “más poderosos que GPT-4″, el último modelo lanzado por OpenAI. Sin embargo, desde abril había anticipado que estaba preparando su propio proyecto de inteligencia artificial como una alternativa a los sistemas desarrollados por Google u OpenAI, a los que criticaba por estar “siendo entrenados para ser políticamente correctos”.

Musk es cofundador de OpenAI, fue uno de sus primeros inversores y llegó a ser copresidente. No obstante, en 2018 se convirtió en una sociedad limitada (LP, por sus siglas en inglés) y Musk dejó su directiva. Desde que la empresa sacó al mercado su popular ChatGPT, Musk ha defendido que sin sus inversiones iniciales OpenAI no existiría, pero también ha criticado en numerosas ocasiones el trabajo hecho por la compañía.

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