Un poco de la historia del yogur griego

El yogur griego tradicional está hecho a base de leche de oveja, colada en una bolsa de tela para eliminar el suero (el componente líquido). Este proceso le da una consistencia mucho más espesa y cremosa en comparación con el yogurt tradicional.

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Este tipo de yogurt es alto en proteínas. Además, en su proceso de preparación también se elimina parte de la lactosa, lo que lo hace más bajo en azúcar que otro tipo de yogures.

En la antigua Grecia la leche de cabra y oveja eran una fuente importante de proteína y calcio en una dieta que, para muchos, contenía poca carne. En este tiempo se descubrió que sin refrigeración, la leche se vuelve agria, a lo que los griegos llamaron “oxygala”.

Oxygala (oxi que significa “agria” y gala “leche”) un tipo de yogurt derivado de la leche agria. El médico griego Galen del siglo II d. C. escribió que esta sustancia era espesa y generalmente se comía con miel, al igual que el yogur griego que conocemos hoy en día.

*Para esta receta debes tener en cuenta el tiempo de refrigeración: 8 horas. A la hora de mezclar y agregar ‘toppings’ tardarás máximo 10 minutos.

Preparación

  • Lleva a un recipiente con tapa: avena, leche, yogur, chía y el endulzante que elijas. Mezcla muy bien, tápalo y llévalo a la nevera durante menos 8 horas.

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  • Cuando desees consumir tu preparación, retírala del refrigerador y agrega las frutas que quieras, un poco más de yogur, mantequilla de maní y los ‘toppings’ que prefieras. ¡Y ahora si, a disfrutar!

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