[…] La crisis económica mundial y un montón de acontecimientos tormentosos asomaban con crueldad. Sin embargo, qué lejos estábamos de imaginar lo que se venía con la pandemia, el encierro, la inmovilidad, el aislamiento social, la enfermedad y el miedo.

La asfixia fue general. El malestar ha sido largo. Las consecuencias apenas las hemos empezado a asimilar. Todo ha sido increíblemente retratado por escritores, filósofos y poetas.

El siguiente año fue más triste, lúgubre. El paso de la pandemia ya había hecho estragos, se contaban los muertos, las quiebras por montones, el dolor y el sufrimiento de millones de seres humanos en todos los rincones del planeta.

Y ahora en esta Navidad que se adorna con gran anterioridad para ayudar a la reactivación económica y social, antes de que apareciera una nueva letra griega bautizando una nueva cepa del virus que en tiempo récord tuvo vacuna, creo que el niño Dios debe llegar a los hogares en forma de armonía, de compasión de regocijo para el alma.

He pensado mucho en qué regalar para esta navidad. A propósito de la reflexión sobre el consumismo, la acumulación y los problemas derivados durante la pandemia que ampliamente hemos descrito.

Así que hice una lista de muchas cosas, casi todos objetos, pero luego los descarté. Pensé que, verdaderamente, sólo quiero regalar una cosa: libros.

Y dependiendo de la persona escoger un buen título, con la esperanza de que a pesar de los días tan atareados pueda tener al menos 15 minutos de lectura.

Regalar un libro es siempre bueno pues ayudan a crecer y como ahora queda tan poco tiempo para hacerlo es un tiempo de calidad con uno mismo que lo lleve de una página a otra recorriendo las palabras, deseos, sentimientos y emociones.

Para este fin de año voy a regalar dos libros: El de Irene Vallejos, El infinito en un junco; y Siete días de pasión de Olga Morales.

Me explico por qué: El infinito en un junco es un libro verdaderamente maravilloso. Ha sido premiado y alabado por el lector normal y el erudito. No en vano va en la edición 23 en España. Es de esas joyas de la creación humana que recoge una de las cosas más bellas del ser humano, la escritura, la lectura, el lenguaje, la comunicación, la filosofía y la ciencia reunida en un texto que se deja masticar, que agrada, emociona.

Muchas personas lo devoraron de manera pausada. Es una delicia por asimilar.  Se disfruta y está lleno de sabores como esa comida exquisita o un postre de esos que se deshace en la boca.  Como un vino fino, exquisito en cada sorbo.

Las páginas de este libro te van envolviendo para dar a conocer la historia de los libros, del conocimiento, de la pasión por la lectura, por la escritura, por la creación humana.

Quienes la han escuchado en discursos y entrevistas y conversatorios o han leído sus columnas sorprendentes, sencillas y profundas se sorprenden con esa composición casi musical por su tono,   su ritmo y también por su calidez, pero sobre todo por el rigor de las palabras usadas en cada uno de sus relatos y textos.

Si García Márquez o Mario Mendoza dos de mis queridos escritores tienen música en su prosa, la de ella es una prosa en clave de armonía trascendental.

El libro logra que el pasado lejano se vuelva cercano y que los ejemplos de los griegos, de los romanos, de Alejandro Magno apliquen a nuestra vida cotidiana moderna, cuestionándola de una manera preciosa.

Sólo como un abrebocas no puedo dejar de mencionar un párrafo revelador del prólogo, aunque el libro sea todo simplemente impresionante.

“No olvidemos que el libro ha sido nuestro aliado, desde hace muchos siglos, en una guerra que no registran los manuales de historia. La lucha por preservar nuestras creaciones valiosas: las palabras, que son apenas un soplo de aire, las ficciones que intentamos para dar sentido al caos y sobrevivir en él; los conocimientos verdaderos, falsos y siempre provisionales que vamos arañando en la roca dura de nuestra ignorancia.”

Mi segunda recomendación es Siete días de pasión, un libro simplemente magistral. Es una novela corta, rápida y directa. La primera de género erótico de principio a fin publicada en el país. Llena de magia y mucha, pero mucha actualidad. Un libro que rompe los estereotipos y retrata a la mujer moderna con sus miedos y sus inmensas fortalezas.

Alabada por los lectores, Olga Morales es disruptiva, logra entrar en la intimidad de los pensamientos de una mujer que descubre en la sexualidad un catalizador para el dolor de una traición.  Lo mejor es que lo escribió mi esposa y estoy profundamente orgulloso por su valentía. Siempre lo estaré.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.