Tiene un principio, un nudo, un desenlace y un final. Y, claramente, los momentos de nuestros políticos duran un montón.

El de Álvaro Uribe, por ejemplo, lleva casi 40 años. El de Santos o Vargas o Petro, no menos de eso. Muchísimos momentos como para haber logrado un mejor país que no tenemos.

Y los males derivados de los momentos de los políticos también son prolongados. El de las Farc, y sus horripilantes métodos de lucha, lleva no menos de 60 años.

Podríamos decir que el momento de los partidos tradicionales, liberal y conservador, también ya fue. Y que ahora llegan otras ‘expresiones’ de la democracia.

Andrés Rojas Franco

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El alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, que gracias a Dios se va el primer día del 2020, ha tenido dos momentos. Uno fue su primera Alcaldía en la que hizo muchas obras, entre ellas el Transmilenio que prometía ser algo mejor que el vetusto, incómodo, peligroso e inseguro transporte público que se tenía hasta el año 2000 cuando se inauguró.

Las obras que realizó durante su primera administración, pero sobre todo el Transmilenio, que algunos creen fue el conejo que se le hizo al Metro, le permitieron salir con rótulo de presidenciable.

Su segundo momento, termina en medio de escándalos, peleas, cobros exacerbados de impuestos a las clases medias para terminar de destrozar sus economías. Y algunas obras. Lo más importante es que terminará de nuevo sin el tan prometido Metro que durante decenios han dicho que harán todos los planes de gobierno.

Tanto en el primer como en el segundo mandato, nos dejó un problema no menor, a propósito de Transmilenio : el arreglo de la Caracas y la Autopista Norte.

Andrés Rojas Franco

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Bogotá ha tenido momentos muy malos. Los tres gobiernos de izquierda, que presumían al fin un cambio frente a lo tradicional, dejaron la sensación de que no sirven para nada.

Sin embargo, el ascenso social de cientos de miles de personas de la pobreza y la escasez a unas mejores condiciones de vida dicen completamente lo contrario.

Es raro que mientras Uribe se ufana de los resultados económicos que consiguió, Bogotá, la capital desprestigiada por culpa de sus pésimos gobernantes, soporta buena parte del producto interno bruto del país, así como su economía, y para sorpresa de todos, tuvo un crecimiento sin precedentes a manos de la izquierda, que le ayudó a Uribe y a Santos a sustentar de lo que tanto se ufanan.

Claro, vamos a ver y la izquierda colombiana es tanto o más corrupta que todos los demás grupos políticos.

Andrés Rojas Franco

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No obstante, el momento de esa izquierda también ya pasó. Ninguno de los exponentes de esa corriente, difícilmente, logrará volver al palacio Liévano.

Y aunque pensábamos que nada podría ser peor que Petro, Peñalosa en su segunda versión, evidencia todo lo contrario.

En octubre se elegirá un nuevo alcalde. Muchos aspiran al cargo y ya se han postulado. Se habla de un nuevo momento para la ciudad. Ojalá. Sin embargo, los vaticinios no son buenos.  A pesar de los esfuerzos y desvelos de los funcionarios públicos la ciudad es cada vez más caótica y menos amable.

Estoy seguro de que este es nuestro momento. No más de lo mismo y los mismos. Es hora de hacerlo bien. Ahora, la decisión más dura será saber a quién elegir. Ya tenemos una certeza. No debe ser un candidato de la izquierda o de derecha como el actual. Toca ver con lupa a quién.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.