Tengo varios amigos ingenieros que cambiaron la estabilidad de grandes empresas por la novedad y mejores condiciones de compañías tecnológicas nacientes que ofrecían condiciones económicas y laborales supremamente atractivas.

Infortunadamente, varios de esos amigos han sido despedidos sin mayor aviso en los últimos meses. Una señal ineludible de la recesión económica que, de no mediar una sorpresa, llegará en los próximos meses. Los expertos económicos se preguntan si está denominada crisis de los unicornios es algo coyuntural y pasajero o si es un tema estructural de las startups.

¿Qué pasó? Algo relativamente sencillo de entender: en 2021 los fondos de inversión dejaron caer una lluvia de millones sobre las startups. Mientras que, en 2020, estos fondos invirtieron cerca de 335 mil millones de dólares en estas empresas, en 2021 aportaron la friolera de 643 mil millones de dólares. Una locura total.

En 2022, llegó la invasión de Rusia a Ucrania, llegó la insoportable inflación y sobre todo la subida de intereses por parte de la FED. ¿Cómo explicar fácil eso de “subida de intereses”?  Se trata de encarecer el acceso al dinero. Ahora, si quieren un crédito tiene que pagar tasas que comienzan a rosar el 9%.

La consecuencia obvia, es que los inversionistas comenzaron a retroceder a la hora de soltarle billete a los startups. El tema es que los modelos de negocio de los unicornios tecnológicos tienen un punto débil: queman mucho dinero y se demoran mucho tiempo en encontrar puntos de equilibrio. Y, desafortunadamente, ese sí es un problema estructural.

Llega la paradoja. Mientras que los famosos unicornios todavía no extienden sus alas para volar, las empresas tradicionales ya no tienen uñas que comerse por el tristemente célebre coco de la transformación digital. A pesar de que muchas de estas compañías a fuerza de mucho esfuerzo y muy buenas estrategias han podido seguir entregando resultados positivos a sus respectivos inversionistas.

Tengo una visión positiva de todo este asunto. Lo que pasará en los próximos meses en un reacomodo del mercado digital a nivel global. Las startups tienen en su ADN la adaptación. Saben acomodarse a diferentes escenarios. Y tienen una gran ventaja: los usuarios/consumidores cada vez son más digitales.

¿Lo que están viviendo los unicornios es coyuntural o este será la nueva realidad? Podemos decir que ¡este es el momento en el que los gerentes tienen que brillar! Ahora no se trata de tener una idea de negocio revolucionaria. Ahora se trata de tener la suficiente muñeca para que el barco no se hunda.

De fondo, las ideas y modelos de negocio siguen siendo buenas o disruptivas, pero era claro que no siempre todo iba a ser color de rosa. Y sólo los verdaderos gerentes podrán afrontar este conato de crisis.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.