Bogotá, como toda capital, tiene sus particularidades. En decenas de esquinas de la ciudad se ubican personas armadas con un cuaderno y un bolígrafo. Su trabajo es informarles a los conductores de buses el tiempo de ventaja que les lleva su competidor. Cada conductor paga con un puñado de monedas. En Bogotá, los conocemos como ‘calibradores de ruta’. Quizá en sus respectivas capitales ocurra lo mismo. Si es así, por favor no dude en escribirme y contarme.

Aunque suene ambicioso, los famosos calibradores de ruta son un buen ejemplo de Big Data. Al final del día, su trabajo es recolectar datos, (en este caso tiempos en los que pasan por un punto determinado una ruta y distancias entre competidores) y entregárselos a los respectivos conductores, para que ellos tomen decisiones: cómo aumentar su velocidad, hacer más o menos paradas o evitar alguna ruta que presente inconvenientes. Todo en tiempo real.

El ejemplo es micro, pero la lógica se puede aplicar en algo más macro. A los bogotanos nos anunciaron un nuevo incremento en los costos del sistema Transmilenio. El costo por recorrido quedó en $2.400, (cerca de USD 0,74). Una noticia que no fue bien recibida entre los usuarios, como es usual. Pero Bogotá es una ciudad particular y las medidas administrativas son para acatarlas sin mayor espacio para el debate.

William Rincón

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El aumento en la tarifa del sistema de transporte bogotano sigue siendo justificado, desde la administración distrital, como una inyección de recursos para “el sostenimiento y correcto funcionamiento del sistema”. Bien. Sería bueno, al menos plantear, el tema de la inversión en tecnologías maduras como el Big Data para mejorar el funcionamiento integral de Transmilenio.

Quisiera pensar que parte del recaudo de Transmilenio se invierte en investigación y desarrollo. Pero puedo pecar por exceso de optimismo. El caso es que, llegó la hora de meterle tecnología de alto vuelo al sistema. La fórmula de ubicar a un funcionario cerca de las estaciones para que determine si los usuarios ya están molestos por la falta de buses, comienza a quedar un poco obsoleta. Más, teniendo tantas opciones disponibles.

¿Se imagina que el Sistema Transmilenio tuviera la capacidad de determinar el número de usuarios que utiliza en promedio una estación, en una hora determinada del día y la dirección del viaje que necesita completar? Y que, a partir de estos datos, un equipo de analistas tome decisiones para mover la flota de buses de acuerdo con estas métricas, y en tiempo real. Los datos están o se pueden recolectar, lo que hace falta es el análisis y la capacidad de respuesta. Y es ahí donde se deben encaminar las inversiones.

William Rincón

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Convivimos con una brecha entre las promesas de la tecnología y lo que realmente pasa en el día a día. Quizá es un caso gigante de pensar con el deseo. Pero también puede ser una falta de voluntad política para invertir en soluciones de Big Data y sobre todo en análisis de datos. Los calibradores de ruta son un ejemplo de cómo el análisis de data es rentable y efectivo. Pero Bogotá es una ciudad muy particular, como toda capital.

Tip final

Trataré de compartir algún tip al final de cada artículo. Esta vez, les cuento como pueden enviarse automensajes en WhatsApp:

– Abra su navegador.

– Inicie sesión en WhatsApp Web.

– En el buscador digite: wa.me/indicador del país, más su número.

Para Colombia: wa.me/57+el número.

Entonces ¿debe la Administración Distrital invertir en tecnologías maduras para mejorar el sistema masivo de transporte? Nos leemos en redeswrincon@gmail.com.

 

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.