Vivimos una época virulenta. Un día pasa algo horroroso y al siguiente algo todavía más horrible. Y todo lo vemos en tiempo real desde nuestro celular. Es un momento de extrema violencia y de extrema estupidez. Lo que está seguro es que en pocos meses pasará algo que supere la vergüenza de tener dos masacres en los extremos del planeta ambientadas y casi que dirigidas para redes sociales.

Precisamente, en este artículo de The New York Times, explican cómo el abominable hecho ocurrido en Nueva Zelanda fue diseñado y perpetrado con el único fin de tener el mayor alcance posible en Facebook.

Es una barbaridad tener que escribir estas palabras. En serio. Basta con releer algo como: un hombre asesinó a más de 20 personas y millones de personas pudieron ver algo tan terrorífico en tiempo real. Y parece que es un párrafo más. Que un hecho de estos fuera paisaje. Que un hecho de estos no fuera una bandera roja, un límite, un punto de no retorno de la degradación humana. Pero así estamos.

William Rincón

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De las ‘Fake News’ a los ‘Fake Videos’

En cuanto a lo ocurrido en Brasil, los detalles son escalofriantes también. Informó la Agencia AP que, los presuntos autores de la matanza en el municipio de Suzano, cerca de Sao Paulo, fueron identificados como Guilherme Taucci Monteiro, de 17 años, y Luiz Henrique de Castro, de 25, exalumnos del centro escolar, invadieron la escuela estatal Raúl Brasil dispararon a quemarropa contra alumnos y funcionarios y después se suicidaron. Uno de ellos tiene varias fotos con armas en su perfil de Facebook.

No hay mucho espacio para la conmoción. Sí, para las dudas. Los expertos en seguridad física y seguridad digital han hecho decenas de cuestionamientos. Los primeros, y más feroces, giraron en torno a las demoras que tuvieron las plataformas para bajar el video del asesino de Nueva Zelanda. Tanto Facebook, como YouTube -los más apuntados por las criticas- respondieron con sendos comunicados lacrimógenos, en los que aseguraron que retiraron lo más pronto que les fue posible las imágenes. No fue suficiente. Las imágenes se viralizaron y todavía existen obtusos que las circulan por grupos o cadenas.

Pero surge una duda adicional. ¿Facebook pudo ayudar para prevenir alguno de estos episodios de sangre? Es un tema con varias complejidades. Hago hincapié en Facebook, porque ellos controlan lo que pasa en WhatsApp e Instagram. Por un lado, Facebook es muy efectivo a la hora de vender perfiles de millones de personas a marcas interesadas en vender. Ese, básicamente es su negocio: identifican los gustos, preferencias y quién sabe qué más detalles de sus usuarios, a partir de sus publicaciones y sus hábitos de navegación, y comercializar estos datos en modo publicitario.

En lo que no es muy efectivo Facebook es en la prevención de perfiles peligrosos. La red azul es muy comedida con las marcas, pero no tan efectiva cuando las autoridades les solicitan información. Y esto tiene una explicación. Las autoridades sí pueden acceder a la información privada de un usuario en una red social, pero se requiere un permiso judicial para tener disponible estos datos, por cuestiones de habeas data. Acá se abre una caja de Pandora.

William Rincón

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¿Podría Facebook, de forma proactiva, alertar a las autoridades cuando un usuario o un grupo de usuarios publican contenidos amenazantes o publicaciones abiertamente xenófobas? ¿Puede Facebook con esos poderosos algoritmos que tiene, y que sirven muy bien para determinar qué compra y que no compra un usuario, advertir de un posible comportamiento que desemboque en un acto de violencia? Desde lo técnico, la respuesta es afirmativa. Estoy convencido de que Facebook podría monitorear a usuarios potencialmente peligrosos y poner en sobreaviso a las autoridades. Desde lo ético, habría que dar una larga discusión, porque se puede caer en actos de odio, de prejuicio o de calumnia.

Somos testigos de la degradación humana y soy un fiel creyente de que la tecnología, de que el Big Data, puede ayudar a prevenir que ocurran alguno de estos hechos abominables. Quizá y ya ocurra. Lo cierto es que Facebook, y acaso todas las redes sociales, sí tienen algo más de responsabilidad que sólo bajar el video. Porque sí son tan buenos para personalizar para vender, también lo deberían ser para evitar alguna masacre.

 

 

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.