*Este artículo no les gustará a los bancos*

Lo ocurrido con el cantante Legarda abrió un profundo debate sobre una de las modalidades de robo más mortales que hay: el fleteo. De acuerdo con cifras oficiales, sólo en el mes de enero de 2019, se registraron más de 100 hurtos con esta metodología en Colombia. Una cifra escalofriante, si se tiene en cuenta el impacto de esta clase de delito.

Poco a poco, el debate en la opinión pública, después de la tragedia que cobró la vida de un joven, comenzó a girar sobre el eje de ¿qué hacer para enfrentar a las bandas que se especializan en el fleteo? La descripción que hacen las autoridades de estos delincuentes es aterradora. “Los fleteros tienen dos cosas en la cabeza: ganar o disparar. Resultan ser una suerte de ‘Phd’ entre los delincuentes. Los que se dedican a esto son los más avezados y acaso los más violentos”, me comentó una fuente judicial que consulté. Acá un documento oficial sobre el tema.

El panorama es aterrador y es necesario poner sobre la agenda una serie de alternativas para enfrentar esta modalidad delincuencial. Es ahí donde entra la tecnología, como opción. Se cuentan por cientos los bancos, alrededor del mundo, que adelantan fuertes campañas para desincentivar el uso del dinero en efectivo. Las aplicaciones, y acaso opciones relacionadas con el Internet de las Cosas, se han potenciado en los últimos cinco años.

En Colombia, hay que decirlo, los bancos están haciendo la tarea. Las aplicaciones son cada vez más robustas y la seguridad para hacer las transacciones viene mejorando a pasos agigantados. Sin embargo, falta un camino muy largo por recorrer. Tanto así que, de acuerdo con cifras de Mastercard, en Colombia, 85% de las transacciones se hace en efectivo. Un caldo de cultivo para los delincuentes.

William Rincón

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Pero los bancos tienen una tarea pendiente. El desarrollo de aplicaciones bancarias tiene como visión: ‘que los usuarios no pierdan tiempo en una sucursal física’. Pero es necesario (si hablamos en términos de seguridad es obligatorio) ampliar esta visión. La banca debe agruparse en una meta aún mayor: que las personas no se muevan por las ciudades con grandes cantidades de dinero. Pero ¿cómo lograr esto?

Tengo una vieja tesis. Una persona adopta una tecnología, la que sea, por tres razones: 1. Porque le ahorra tiempo. 2. Porque beneficia su seguridad. 3. Porque le ahorra plata. ¿Qué hacer para que las personas eviten hacer grandes transacciones en efectivo? Se pueden plantear dos opciones:

  1. Que una transferencia interbancaria no tenga costos tan abultados. ¿Acaso costo cero?
  2. Que se puedan transferir altas sumas de dinero desde sucursales virtuales en todo momento y desde cualquier lugar.

No es fácil. Es cierto. Estamos hablando de que los bancos tendrían que sacrificar parte de sus ingresos operacionales. Pero que los usuarios tengan opciones que realmente les evite tener que moverse con millones de pesos en un bolso puede convertirse en un valor reputacional. Al final, estarían salvando vidas.

Insisto: existe una brecha gigante entre lo que promete la tecnología y lo que realmente beneficia a las personas. En este caso, hablamos de grandes inversiones y de desarrollos complejos y costosos para el sector. En este caso, hablamos de salvar vidas.

Entonces ¿creen que los bancos se le medirían a implementar medidas de impacto para que la gente deje atrás el efectivo? Nos leemos en redeswrincon@gmail.com

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.