Grita con sequías prolongadas, intensas temporadas de lluvias que parecen no dar tregua, huracanes, tornados y feroces incendios que ponen en jaque la estabilidad de potencias como los Estados Unidos, que ven con desconsuelo cómo más de 60 mil hectáreas son devoradas por las llamas, dejando a su paso desolación y muerte en el estado de California.

Las emisiones anuales provocadas, entre otras cosas por el consumo desmedido de derivados del petróleo en el mundo, que el pasado mes de abril tuvieron su registro histórico en liberación de desechos de dióxido de carbono con 441 ppm (partes por millón), según un estudio del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California, muestran un exponencial crecimiento en gases de efecto invernadero, causantes del aumento en la temperatura del planeta.

Lo más triste es que esos excesos en consumo de combustibles fósiles y sus derivados, son pagados paradójicamente por los países con menos acceso estos, naciones subdesarrolladas que a duras penas luchan por tener servicios básicos; son ellos quienes deben soportar el afán consumista de los 6 países que se reparten el 60 % de emisiones de GEI en el planeta: China, Estados Unidos, India, Rusia, Japón, y Alemania. Cabe aclarar que, de estas potencias económicas, solamente Estados Unidos no ratificó el acuerdo de París para el cambio climático de 2015, sumándose a Siria y Nicaragua como las únicas tres naciones por fuera de este marco internacional por el clima.

La explotación de recursos por parte de los seres humanos ha llegado a extremos inimaginables en la última década; según un informe de la plataforma intergubernamental científico-normativa sobre diversidad biológica y servicios de los ecosistemas (IPBES), en el 2050 se prevé que el 40 % de la biodiversidad actual se pierda, y la Amazonia, poseedora de una de las tres zonas de bosques tropicales en el mundo, reducirá en 20 % de su territorio nativo debido a la deforestación, lo que acarreará una grave escasez en el suministro de agua potable.

Este mismo informe revela que para el año 2100 más del 50 % de los mamíferos que actualmente viven en África, podrían extinguirse; y lo más aterrador, por primera vez en la historia de la humanidad, habría una extinción masiva de especies provocadas por el hombre y no por cataclismos.

Casi nunca dimensionamos, desde la comodidad de nuestra casa, los daños que le hacemos al planeta, tal vez porque creemos que es muy grande para que se sienta un impacto directo con algo tan simple como, por ejemplo, disponer de forma errónea los desechos que producimos; pero si no atendemos hoy a las señales que el clima está enviando con la alteración en los ciclos naturales, tendremos que ser testigos de la destrucción del planeta, que es, para ricos y pobres por igual, nuestra única casa.

Algunos consejos para ayudar desde el hogar

Cambia tus bombillos por sistemas LED, controla tu tiempo en la ducha, deja que la luz del sol entre en tu casa, evita que tu nevera reciba el sol directamente, compra electrodomésticos de bajo consumo, lava la ropa con agua fría, elige plantas nativas, utiliza productos de temporada, muta a energías limpias, prefiere materiales de construcción con sello verde, aísla ventanas y puertas, utiliza pinturas bajas en emisiones, arregla tuberías o grifos con fugas, recicla, reutiliza, disminuye el consumo de plástico, difunde buenas prácticas medioambientales.

No es un problema político, es un dilema moral.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.