Y es que ¿quién mejor que él para representar algunos de los reclamos que hacen los promotores del paro, como la desigualdad y la corrupción? Contra estas y otras injusticias luchaba por los californianos, a quienes defendía de la tiranía de avaros gobernadores que se apropiaban de recursos y reprimían a las personas que se atrevían a reclamar.

Montando a un caballo color marrón, diferente al ‘Tornado’ original, que era tan negro como la vestimenta del héroe, ‘El Zorro’ caleño recorrió algunas de las calles de la capital del Valle y fue uno de los atractivos más especiales de la jornada.

No hubo necesidad de llevar su tradicional estoque para combatir los bolillos de la Policía ni su látigo para domar vándalos o manifestantes revoltosos, pues la jornada fue una de las más tranquilas en todo el país, pese a escaramuzas aisladas.

Aunque tenía su rostro cubierto, no con un antifaz como el ‘Zorro’ original, sino con una pañoleta sobre la boca, esta especie de encapuchado no parecía molestar a las autoridades, que lo dejaron encabezar la marcha a caballo. Quizá sabían que si lo enfrentaban llevarían las de perder y terminarían con una Z dibujada en su ropa, como tantas veces le sucedió al pobre e inocente sargento García, en la serie televisiva original.

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Algunos ciudadanos lo saludaban y otros le pedían fotos, como habrían hecho los californianos si hubieran podido. Aunque hace mucho que pasó de moda, su presencia no pasó desapercibida y puso una sonrisa en varios transeúntes, apoyaran o no el paro.

A este ‘Zorro’ le alcanzó incluso para dar clase de civismo, transitando por el carril de las bicicletas, aunque en algún punto abordó un andén para apresurar el paso.

Aunque pareció apartarse de filiaciones políticas, alguien le alcanzó una bandera del M-19, la cual puso en el hombro y exhibió sin problema.

Al final no se supo quién era el don Diego de la Vega colombiano que se ocultaba detrás de la máscara, pero su mensaje quedó claro: hay quienes ven a los manifestantes como aquellos héroes de ficción que luchan por causas justas, y el mejor héroe es el que lo hace sin siquiera desenvainar su arma.