Darcy Quinn, periodista de Caracol Radio, señaló que esos encuentros se hacen periódicamente para hacer un seguimiento al proceso de paz; la reciente reunión tenía la intención puntual de “presionar” a Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko, al senador de Farc Julián Gallo ( ‘Carlos Antonio Lozada’) y otros líderes del ahora partido político para “contar toda la verdad ante la Justicia Especial para la Paz (JEP)”.

La visita también se conoció porque Gustavo Rugeles, reconocido uribista, dijo que le habían contado del encuentro “clandestino” entre el expresidente Juan Manuel Santos y exmiembros de la guerrilla, y se dirigió hasta la casa de Cristo para grabar parte del encuentro.

El senador uribista José Obdulio Gaviria, crítico del acuerdo de paz, aprovechó una de las grabaciones de Rugeles para preguntarse si acaso la reunión era para “buscar alternativas” que afectaran al expresidente Álvaro Uribe. 

Rugeles dijo que consiguió que alguien lo invitara al conjunto privado en el que vive Cristo, pero los integrantes de la seguridad por supuesto le impidieron el ingreso; tampoco le permitieron tomar fotografías de las placas de los carros, que era uno de los propósitos del uribista, según dijo.

Fernando Londoño, exministro pero del gobierno de Uribe, también se quejó de la reunión, dijo Quinn, pues al parecer es vecino de Cristo.

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Cristo, por su parte, se burló de las teorías conspirativas del uribismo en Blu Radio, y señaló que el exsenador Uribe no fue tema de conversación de la reunión “ni por las curvas”.

“Generan toda una teoría de conspiración que es divertidísima. Me parecen muy chistosas todas las interpretaciones. […] Demuestra el grado de esquizofrenia en la que ciertos sectores políticos del país andan. Los mismos que le dicen a Colombia que el acuerdo de paz le entregó el país a las Farc cuando está gobernando; precisamente el partido que se opuso a los acuerdos y maneja la mayoría de las instituciones”, dijo el exfuncionario.

Agregó que ese encuentro se hizo en su propiedad privada y nadie, que no estuviera invitado, tenía derecho a ingresar, menos a la fuerza.