Durante este miércoles continuaron las audiencias de reconocimiento por la barbarie de los falsos positivos que acabaron con la vida de civiles inocentes pasados como objetivos de guerra dados de baja por parte del Ejército Nacional. 

En esta ocasión, se conocieron los testimonios de los casos registrados en la zona del Catatumbo. El comandante de la Brigada 30, general Paulino Coronado, compareció ante los magistrados de la Jurisdicción Especial Para la Paz (JEP) y las víctimas para dar su versión sobre los hechos registrados por parte de sus subalternos.

Sin embargo, el juicio estuvo marcado por el gesto que tuvieron las víctimas con el militar. Antes del receso y después de escuchar todo su discurso, las personas que asistieron al recinto se pararon con cárteles y dejaron estupefacto al general, quien leyó en voz alta lo que decían los mensajes: “¿Quién dio la orden?”. Después de pronunciar esta frase, hubo un silencio sepulcral en el teatro y la magistrada ordenó un descanso. 

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En medio de su testimonio, el general Coronado admitió su cooperación en estos asesinatos y aseguró que no fue diligente con su actuación: “Asumo esta responsabilidad jurídica y pido que el pueblo colombiano nunca jamás viva estos abominables momentos. Acepto que no cumplí con la primera lección que me dieron cuando ingresé a la escuela militar, el comandante responde por lo que hagan sus subalternos, actué por omisión”. 

Además, aseguró que los casos de falsos positivos son una realidad en el país y que asumirá las consecuencias que esto conlleve: “Acepto mi responsabilidad por no haber investigado estas falsas operaciones. Hoy, tras años de investigaciones de la Fiscalía y ahora de la JEP, son una verdad plena. Comprobándose que la gravedad es exponencialmente mayor. Pasaré a la historia como el primer general condenado, porque para allá voy, así va a ser, por circunstancias que nunca debieron pasar”.