Ahora, esas familias extranjeras habitan en campamentos improvisados a las salidas de Bogotá, de acuerdo con el testimonio de uno de los afectados a LA FM:
“Tenemos siete días. Tenemos niños de meses, mujeres embarazadas. No tenemos comida y no tenemos recursos”.
La crisis que atraviesa el país por cuenta de la pandemia hace que estos trabajadores informales y ‘rebuscadores’ no tengan dinero para pagar sus arriendos diarios. Otros, ni siquiera tienen formas de conseguir comida.
Por eso, se ubicaron en carpas clandestinas a la espera de que el Gobierno y la Alcaldía les brinden ayudas alimentarias y de vivienda, señala RCN Radio.
Algunos de los venezolanos han logrado retornar a su país; sin embargo, otros con menos suerte no cuentan con los recursos económicos para salir de la capital y tienen que seguir durmiendo a la intemperie, mientras esperan ayudas.
Sobre la situación, el director de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa, les explicó a las emisoras que “para el retorno voluntario de ciudadanos venezolanos a su país, se viene implementando un protocolo con las diferentes alcaldías y gobernaciones del país, con el fin de evitar represamientos en los puntos de salida en los que se han habilitado corredores humanitarios”.
Además, el funcionario mencionó que a diario se hace el registro de ciertos cupos para que los venezolanos salgan hasta la frontera. Hasta el momento, más de 13.000 extranjeros han llegado hasta Cúcuta en unos 300 buses, agregó LA FM.
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